Sus labios formarón palabras,
que no llegó a pronunciar.
El miedo la retenía,
su corazón a punto de estallar.
En el silencio escuchaba un lamento.
Se acercaba a pasos pequeños,
murmuraba su mal,
pero ahora ,no en sueños oscuros;
Quería matar!
quería sentir el calor de su sangre,
quería ver el rojo,
color de su mar,
la mar de los muertos,
salidos de sus frias tumbas.
Su mirada era de ascuas,
frente a tenues sombras que lo rodeaban.
Ella, mostrándole la cortesía superficial de su silencio,
no ocultaba el horror;
sabía que iba a morir.
Para él,
sin embargo,
aquellas aguas oscuras,
cubiertas por sudarios de humo,
era un espectáculo,
al que darle la bienvenida,
una puerta de liberación,
un banquete del mal;
Muere!!.........exclamó................
y por sus adentros replicó:
tendré su hábito de sangre,.....mí señor!
me dedicaré a representar que soy un ángel,
ángel oscuro, guerrero del mal..............
Mí señor........................... |