Hombre rico y hombre pobre
Luis Borja Soto del Campo y Alcazaba, que andaba por la treintena, había nacido en el seno de una familia de las que se denominan, como de toda la vida, estudio en Inglaterra como sus otros hermanos y desde que nació había vivido en los más selectos y mejores ambientes de la sociedad acompañado y protegido siempre por su familia y amigos, entre los que había duques, senadores, obispos y grandes industriales. Gracias a las herencias era un hombre muy rico y desde que nació había vivido rodeado de caprichos y en la mas exagerada abundancia, estaba acostumbrado a colmar cualquiera de sus deseos y consideraba que su forma de vida era la normal, la que tenían todos sus parientes y amigos, eran la élite, eran los privilegiados que podían utilizar siempre que querían su dinero o influencias para conseguir bienes materiales o voluntades, ni por un momento se le ocurría que eso no era lo que había que hacer y nunca pensó que otros no tenían la misma suerte.
Mario Gómez Expósito, que también tenía unos treinta años, era el reverso de la moneda, había nacido en un suburbio del extrarradio, nunca conoció a su padre que murió de una borrachera al poco de nacer y había conseguido salir adelante junto a su hermana gracias a que su pobre madre se dejo la salud fregando escaleras y recurriendo a todas las ayudas sociales que pudo encontrar, pero también para él eso era lo normal, su familia y amistades eran todos muy parecidos a él y tenían que ganarse la vida en la construcción, en la limpieza y en tareas siempre muy duras, todos eran pobres gentes que se esforzaban desde que nacieron por subsistir. Mario apenas había tenido ocasión de ir al colegio, porque en seguida tuvo que ponerse a trabajar en lo que fuera para ayudar a los suyos y aun así solo había conseguido tener una chabola llena de humedad y deficiencias, no sabía lo que era tener influencias ni tratos de favor y mucho menos el conseguir las cosas solo por el apellido y estaba convencido que todo había que lograrlo a fuerza de trabajo y sudor, era solemnemente pobre pero no se quejaba.
Hasta aquí lo que podríamos decir que eran las credenciales de ambos personajes, lo que se ve después de una mirada superficial en base a un análisis preconcebido de antemano y que se resume en.
Luis Borja era un hombre rico y Mario un hombre pobre.
Pero si conociéramos algo más profundamente sus vidas y reflexionáramos sobre que es de verdad la riqueza y que la pobreza, quizá opinaríamos de forma distinta.
Luis Borja, no conocía y no conocería lo que es una amistad sincera, siempre dudaba si el que se le aproximaba lo hacia por su dinero.
Luis Borja, no gozo nunca de un amor puro y desinteresado, si, había conocido a varias mujeres, pero no supo nunca si era la codicia lo que las guiaba.
Luis Borja, no era querido, nadie le amaba de verdad, quizá porque él no se fiaba de nadie o porque despertaba temor en los demás.
Luis Borja, no supo nunca la alegría que produce el conseguir algo gracias a su esfuerzo, siempre lo tuvo todo.
Luis Borja, no disfruto jamás de la satisfacción de hacer algo por nada, nunca conoció lo que significaba ser altruista.
Luis Borja, tenía una relación con su familia distante y siempre interesada, se guardaban las formas, pero jamás pudo estar plenamente relajado con ellos.
Luis Borja, aunque lo tenía todo, vivía siempre con el temor de perderlo por los cambios de la bolsa, los políticos y muchos otros miedos.
Luis Borja, nunca estaba relajado y de mal humor, bien preocupado por sus negocios o por la necesidad de guardar la imagen.
Luis Borja, tenía dinero, pero solo eso, dinero.
Mario, no tenía dinero, pero disfrutaba de la amistad de decenas de amigos, que le querían solo por ser él.
Mario, solo había conocido en su vida a una mujer, pero estaba enamoradísima de él y nunca dudo que le amaba por sus cualidades.
Mario, no fue jamás el blanco de envidias e intrigas, siempre pudo tener unas relaciones sinceras y abiertas con todos sus semejantes.
Mario, no estaba preocupado por los posible avatares de la vida, sabía que su destino era luchar y superarlos si se producían y no estaba angustiado por perder lo poco que tenia.
Mario era muy querido por su madre y hermana que le consideraban el mejor.
Mario, era feliz ayudando a todos y todos le querían por ser como era, una buena persona.
Mario, siempre estaba de buen humor, siempre sonreía.
Mario no tenía dinero, pero era muy feliz.
Así que tal vez, deberíamos definir de nuevo que es ser rico y que pobre.
Luis María era un pobre humanamente hablando a pesar de sus riquezas.
Y Mario era un rico lleno de vida y amor.
Fernando Mateo
Enero 2016