Las ojeras de mi cara me indican que no te olvido, la negrura de mis pulmones me dicen lo mismo. Mi entrepierna no logra olvidarte cree que es imposible que encuentre a otra mujer que asi quiera rozarse. Los callos de mis manos me señalan que no te olvido, la ronquera que me domina es por los gritos que te dedico Mala mujer, nadie como yo te hara llegar al sumo placer Que pena que seas tan fresca que pena que a cada hora quisieras guerra
Texto agregado el 10-09-2004, y leído por 257 visitantes. (5 votos)