Desde la inalcanzable morada de los dioses….
te miro, pero debes de saber que te miro muy poco,
casi nada, solo momentos de placer que vuelven
cuando se les antoja.

Ya estas lejana de mis sueños, pero no de mis
manos, percibo el olor a cereza de tu piel
que me embriaga el alma, soles en los ojos
cuerpo de amazona.
Tus pasos no han cambiado, caminas de la misma forma,
parece que el tiempo no ha sabido modificar los grandes
defectos que hacen daño, que carcomen.

Te miro desde el azul de las torres del cielo,
desde la casa de la luz, escarpados escarlatas
de tridentes sin espuma; sirena mía.
Te miro desde la luna, desde las nubes, de toda la vida, te miro
y mis ojos no lo quieren evitar, te miro......
y tú no estás.