No se porque, pero todo en la noche tiene ese tinte tenebroso, el reloj que de día ni se escucha, en las noches ensordece y se acompasa con los latidos del corazón. De alguna forma encuentran cierta sincronía y se vuelven uno, corazón y tiempo, latidos y segundos; aunque pensándolo bien, así están siempre y por eso es que así es que se toma la presión arterial.
Hablando de tiempo, ya es muy tarde y debo madrugar, pero si el corazón y el tiempo son uno solo y si se me acaba el tiempo.... Que locura, ahora lo que cabe pensar es ¿y porque diablos no puedo dormir?.
Tal vez es porque no dejo de pensar y si lo hago podré dormir, pero si ello fuera así, ¿porque normalmente si logró conciliar el sueño sin dificultad?, pasan más latidos del corazón y pareciera cada vez mas lejana la posibilidad de dormir.
Pareciera que entre mas se quiere algo, o entre más se piensa en ello, más se aleja, más aún de noche en la que todo parece mas aterrador. Claro que puede ser porque así nos han vendido la idea, lo oscuro es malo, lo incierto también y de noche todo es oscuro e incierto como el hecho inexplicable de no poder conciliar el sueño.
Será que tanto bla bla bla interno espantan los brazos de morfeo y ¿por cierto porque en nuestro sueños si creemos en la mitología griega?, ¿será que hay un ser superior y extranjero y antiguo claro, que decide cuando debo dormir?, y sera que hice algo que lo ofendió para no dignarse hacer su trabajo.
Ya ni contar ovejas cuenta, ya perdí la cuenta hace miles de latidos ya, cuando apareció esa oveja negra, aquella que se distinguía a kilómetros de las demás y que miraba reflexivamente hacia el horizonte. Una monocromática escena que me llevo a pensar en la teoría del color.
Además ¿porque ovejas y no perros?, ¿porque saltando y no corriendo?, ¿porque a blanco y negro?. Son las 7 de la mañana y con a luz del sol se desvanecen los interrogantes aún por resolver, la luz pesa más de lo común, tanto o más como el hecho de no poder conciliar el sueño y finalmente con la caída de la noche el sueño comienza aparecer.
Ya en la mañana el reloj ni se escuchaba, y las inquietudes perdieron importancia, todo por fin se aclaro.
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