Aunque intentes eludir
mi resplandesciente presencia,
seré el espejo de tu vida
hasta el último de tus suspiros.
Me reservo la absoluta autoridad
de señalarte tus errores,
aplaudir con esmero tus esfuerzos,
aún aquellos inútiles,
compartir el éxtasis que te invada
al lograr algún éxito,
dosificar las gotas de angustia
que empapen tu rostro.
¿Qué ven hoy mis cristalinas moléculas
en tu presencia?
La certeza de tu carencia absoluta
de metas a cumplir,
una absurda sobrevivencia
que temes convertir en vida.
Te sientes culpable de pensar
siquiera en la posibilidad
de tender los puentes necesarios
y liberarte de tu prisión,
darle la espalda al mundo
que piensas te tiene retenida
en la obligación de respetar
determinadas reglas morales
que, de transgredirlas,
te condenarían a la discriminación.
La única persona que te acompañará
por siempre serás tú misma….
¿Qué importa el aislamiento de algunos
como precio de tu libertad?
Oculta detrás de una mal entendida
importancia de la dignidad,
prefieres seguir los dictados
de quienes te niegas a defraudar.
La perfecta marioneta de un show
de deseos e ilusiones ajenos,
el exitoso experimento de una ciencia
que omite tus sentimientos.
Tu necesidad de cortar las sogas
a las que te ataste sin obligación
estalla en torbellinos
de agresividad incontrolables,
que te asustan,
te arrastran al punto de partida
que tanto detestas y así sigues,
encerrada en tus fracasos,
en tus miedos, en tu deber cumplido.
Quienes te acompañan caen exhaustos
al intentar comprenderte,
descifrar el origen verdadero
de la furia irracional que te domina,
te entrega las palabras
de tus falacias profundamente hirientes,
aquéllas que te destierran
a la soledad de los incomprendidos.
Sembraste en tu mirada
la ansiedad de quien espera un milagro,
condimentada con la tristeza
de saberte incapaz de darle voz y voto
al cuerpo, la mente y el espíritu
que tu divinidad creadora te regaló.
La expresión de tus ojos
transmite las dolencias aferradas a tu alma
debido a tu lógica incapacidad de evitar
las deserciones de otros,
rendidos antes que tú,
carentes del valor de superar
sus adversidades.
Permitiste que un espiral de negatividad
envolviera tus pensamientos,
modificara profunda y peligrosamente
la escencia de tu personalidad,
trastocara sin obstáculo
las ínfimas células de tu antiguo adorable ser
y te convirtiera en una especie
de materia con dejos de signos vitales,
insensible al cariño que te entregan
las manos de tus familiares y amigos,
bloqueada ante la posibilidad de convertir
tus ilusiones en realidades.
Estás completamente sola, así lo decidiste,
así te quedarás eternamente
si no te autorizas a actuar según te indiquen
los latidos de tus sentimientos.
La verdad suele doler
más que mil mentiras, es cierto,
sucede continuamente.
Aunque mi descripción te enfurezca
y te genere deseos de romper este espejo,
recuerda que según los romanos
estarías atrayendo siete años de infortunios,
porque estoy representando
tu aspecto físico y tu espíritu,
tu vida completa.
Así unas mis restos y los tires a un río
que corra hacia el sur como antídoto,
¿quién podrá devolverte tu cuerpo,
tu mente y tu alma, ya destruidos por ti? |