Especie interplanetaria
Tras la incipiente exploración espacial y los planes de sentar colonias en diferentes planetas, EEUU, elabora un ambicioso proyecto de ley, cuyo objeto es autorizar la extracción de minerales (oro, platino, hierro), agua y cuanta cosa se les cruce que pueda “servir”, del cinturón de asteroides, de nuestro sistema solar.
Hay quien sostiene que, con esto, el país del norte, desataría un nuevo brote de “fiebre”, similar a aquel que sucedió en California, en 1849.
Según manifiestan los noticieros del mundo, Obama, promueve con entusiasmo la exploración del universo, de hecho ya está firmada la “ley del espacio” Esta ley permite que no solo las entidades estatales puedan, fuera de la atmósfera terrestre, realizar viajes con ese fin sino también las empresas privadas. Cada empresa podrá ser poseedora de lo utilizable: comprar, vender o permutar, hacer uso, sin límite de lo expropiado y de lo extraído de esa expropiación, con derecho a establecer asentamientos humanos estratégicos, científicos o de lo que se les ocurra. Algo similar a lo que aconteció en la conquista de América donde los adelantados y colonizadores podían incluso poner sus nombres, a los territorios ganados “para la corona”, en este caso. Alguien podrá decir que allí, no hay habitantes y… no sabemos.
Esto ocasionaría, en “corto” período de tiempo, que los países con mayor capacidad técnica y económica, envueltos en ambición desmedida, radiaran una migración masiva en busca de enriquecimiento y, por consecuencia, la contaminación indiscriminada del espacio virgen.
Ya que no se podrá detener semejante daño ¿no sería conveniente que Obama ( o quien sea) centrara también sus intereses en determinar reglas de “convivencia”, de cumplimiento inexorable, con esa extraordinaria joya que es el universo? Nadie niega que desde el punto de vista tecnológico somos una civilización bastante exitosa pero …¿no nos alcanza con haber destruido nuestro planeta? Tal vez mi imaginación sea exuberante pero ya estoy viendo que se aproxima, para esa maravilla, en que estamos involuntariamente inmersos, un “riachuelo” al estilo La Matanza, un Citarum en Yakarta, un Ganges y Yamuna, en la India.
¿No sería interesante reflexionar sobre estas cuestiones antes de que se desate, la destructiva expansión masiva, hacia diferentes puntos del espacio exterior?
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