Para que no me fuera, me aprisionó en su maleta y me arrastró con ella a todos los rincones del mundo que se le ocurrió visitar.
Un día abandonó su equipaje en la estación de ómnibus en un recóndito lugar del mundo.
Cuando los amigos –los comunes que teníamos- le preguntaron se disculpó diciendo que la había perdido, pero ustedes y yo sabemos que había dejado de quererme.
Texto agregado el 10-09-2004, y leído por 173
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Lectores Opinan
24-10-2004
Joder, que bueno, que rabia que no lo escribiera yo. larsencito
A veces nos pueden dejar tan escondidos en algun logar del corazon que se pierde toda esperanza de sentir nuevamente al ser amado.
El echo de ir dentro de una maleta me da la idea de la pérdida de libertad al sentirse acongojado por un amor en vías de extinción, y ademas me imagino en un espacio tan pequeño sufriendo esa presión en el pecho que sientes cuando las cosas no van bién.
Un abrazo, y mis estrellas. DAVICITO