La casa
Debemos comprar este terreno, esta ideal para nuestro proyecto es amplio tiene esos árboles que trataremos de conservar, quitaremos esas alambradas que están cubriendo las acacias y aremos un muro decente de piedra, entubaremos la acequia; los vecinos aun usan esa agua para el riego de sus campos , pero no la quiero abierta en mi propiedad, se ve mal pues el pasto silvestre crecerá demasiado y será un gasto extra estar pagando para que lo corten y aquel sauce que está casi seco solo sirve para ensuciar con sus hojas, lo sacaremos también. Todo esto lo dije con voz clara y firme; pero cuando el viento levanto las ramas del sauce y vi la casa de adobe con su corredor enladrillado, seis columnas de madera cada una frente a un ventana y en el centro la puerta de roble rojo de doble hoja con postigos de fierro labrado y oxidados de tiempo y abandono, mi alma se volvió de niño y un par de lágrimas viejas acudieron a mis ojos cansados. Me vi en el medio del patio, presumido petulante dando órdenes y queriendo cambiarlo todo. Me senté en un banco de madera cubierto de hojas de sauce carcomido de tiempo y crudos inviernos rodeado de rosales descuidados, seguí con la vista una hilera de lirios casi secos que llegaba hasta la acequia y me vi de siete años descalzo, en algún verano corriendo tras las barcarolas de ramas y totora que llevadas por la corriente cruzaban las alambradas e imaginábamos que daban la vuelta al mundo y algún día volverían a aparecer por detrás del viejo sauce
Los que me acompañaban no entendían mi repentino silencio, con la mano les hice el gesto que me dejaran solo. Se dispersaron por la parcela; de lejos llegaba el murmullo de sus voces volví a mis ensoñaciones;
Hoy la casa esta descascarada, se ven los adobes donde antes era un muro lacado de blanco, las tejas llenas de musgo, algunas quebradas y allá arriba los nidos de los gorriones, de palomas, de golondrinas y un gato marrón, eterno acechador, pero que nunca logro cazar nada, pues era un poco cegatón y medio cojo.
Amigos cambio de planes, si vamos a comprar este terreno , pero dejaremos que crezca el pasto lo cuidaremos, plantaremos nuevos rosales, limpiaremos la acequia, cultivaremos nuevos lirios de muchos colores , renovaremos las alambradas , podaremos el sauce para que el próximo verano nos abanique con sus ramas , remodelaremos la casa , los muros , el techo con tejas nuevas , limpiaremos los pisos, las puertas y las ventanas y esta banca de madera se limpiara y barnizara, plantaremos algunas parras y durazneros , para que den frutas y sombra en el verano , quiero que esto sea un lugar muy especial , porque aquí en esta banca se sentaba mi abuelo.
|