Dame el alma blanca de tu pecho,
ahogado permanezco tras un pozo de luz.
No veo, suerte, lo creo,
mas es ya tarde de fe.
Vuelvo a remar en paz,
una y otra vez.
Contrario soy al ser perfecto,
Sin la duda del feliz,
con la amargura de un corazón ocupado.
Doy lo que tengo por ti
y escribo en el tiempo asesino
una elegía sin fronteras
que dedicada está a mi persona.
Soy el final
cuando no soy principio.
Guardo con celo mi humildad
porque sé que ha de venir
el que no entienda.
Texto agregado el 14-01-2016, y leído por 156
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Lectores Opinan
14-01-2016
Dicho y hecho, aquí estoy y sinceramente no entiendo. elisatab
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