HOY


Hoy decidí dejarte sin opciones
y resistir al monstruo oculto detrás de tus máscaras
donde la estupidez no representa un riesgo para nadie.

Hoy decidí que es alto el precio que se paga
para acceder a las migajas célebres
de tu histrionismo metafísico.

Hoy decidí acabar con la
inconsecuencia
de tus palabras a la carta.

Hoy abriré las lóbregas esclusas del lenguaje
llegaré al fondo del trasfondo de la forma y del camino
sin pensar en tus biógrafos
ni en tus antologías ni en tus críticos.

Hoy pondré manos a la obra para
tratar las indulgencias pútridas de la retórica
para dinamitar los códigos desmoralizadores
que enmascaran las lágrimas
para poder decirme a mí mismo quien soy.

Hoy por fin decidí renunciar a la jaula de tus méritos
para ejercer mi oficio en libertad
ya no quiero palabras concebidas con histeria
con un dolor ajeno simulado
con la apariencia de fondo sin fondo
con el encono de reverberancias cíclicas
de lastres en el alma
con la extraña sensación de lo irreparable
con la inocente culpa meritoria
y el subterfugio altruista de los hábitos.

Hoy necesito en mí una roca
una verdad que sea firme y se afirme
una verdad completa y consistente
como una piedra que no disiente en nada con su destino
que aguarda fiel a su propósito
junto al sendero antiguo en la montaña
ejercitando bien el sacerdocio
de la palabra un día más.

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Hecha la paz
te miraré a los ojos
sin presunción ni orgullo ni insolencia
y haré que todo el viento pase por mis versos
para poner en alto cada día un hoy sin límites.