El tiempo como el amor
Por jEPa
-Creo que me está engañando, dijo Aurora al teléfono, típica muchacha del siglo XX!, veinteañera, delgada de tez blanca un tanto demacrada ojerosa, cabello largo rojo como hojas de otoño aunque desaliñado. - en serio, últimamente ha andado muy distante, con decirte que todas las mañanas me despertaba con un poético “whatts”, ahora ya ni eso, no sé qué hacer.
Aurora llevaba 6 años de relación seria (entiéndase, como una relación monógama por compromiso), y como toda buena relación los primeros años fueron buenos, abundaba el amor, los detalles, la ceguera, la felicidad inexplicable pero que existe y se siente brotar por cada uno de los poros del cuerpo humano, había sonrisas y emoción en el estómago cada que se mencionaba el nombre del amado, pero lamentablemente tarde o temprano uno tiene que abrir los ojos, ese era el miedo de ella, y al mismo tiempo su problema.
Los días y los años pasaban y el amor como el tiempo se acaba. Tal ves fue por eso que Aurora creyó que su novio la engañaba, aunque no tenia pruebas, solo miedo, sospechas por la decadencia paulatina de detalles. Las citas amorosas se habían vuelto una rutina semanal, los besos una copia en blanco y negro del primero, y si se veían a los ojos era para saludarse o despedirse o en el mejor de los casos para pedirle dinero al otro y pagar la cuenta del taxi.
Aurora, temerosa, solía preguntarle a su novio si este era fiel y sobre todo si aún la amaba, este respondía siempre con un ermitaño “si” y un pequeño beso en la mejilla, tan delicado y frágil como la seguridad de su amada. Y a pesar de que eso quería escuchar, Aurora no quedaba satisfecha con escueta respuesta, tal vez esperaba algo más pasional, algo más femenino. Sospecho que la sociedad educa a los hombres para no sentir.
-Tú sabes cuál es mi conejo, tienes que dejarlo, y no lo digo por ti, lo digo por él.- respondió una voz masculina del otro lado del teléfono.
-Pero Alberto, aun no creo estar lista, aún hay algo que me ata, y si no es amor no sé qué es.
-Escucha Aurora, mi amor, puedo esperarte aquí parado una vida si das la indicación, lo sabes porque te amo, pero si con aquel ya no sientes lo mismo no creo que tenga que esperar demasiado.
-Sabes qué, creo que tienes razón, lo dejare por su bien y mi bien, y porque sé que no puedo regresar el tiempo para volver a sentir el amor, así que regresare al amor a este tiempo donde mi presente eres tú.
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