Enamorado del roce de tu piel que creía tocar,
de la sensación de tu pecho que creía sentir,
del dulzor de tus labios que creía besar,
de aquella ilusión que me hacía vivir.
Sintiendo el aroma de tu cuerpo al andar,
las cosquillas de tus rizos al dormir,
es por eso que te sentía al pasar,
frente al espejo y sin vestir.
Impúdica y juguetona,
sensible y entusiasta,
ardiente mas que las brasas,
inocente mas que mi amor.
Me enamoré de ti, inexistente mujer de mis sueños,
ilusión de mi vista, error de mis sentidos,
me enamore de una ilusión, de un hechizo,
me enamore de ti, de un espejismo.
Te me vas de mis manos y nunca te tuve,
te me vas de mi vida y nunca llegaste,
te vas sin siquiera mirarme una vez,
¿Acaso estoy destinado a perderte otra vez?
De algo estoy claro con todo esto que vivo,
y gracias a esto he llegado a comprender,
que en el desierto el espejismo se desvanece,
justo antes de morir de sed.
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