Dedicatoria de La Leyenda del Holandés Errante:
El día ha llegado. El telón se ha bajado; los papeles desaparecen, ya no hay un rol por cumplir. La historia concluye y ya es sólo pasado tejiéndose en nuestras cabezas hoy y por siempre. Las luces se apagan y ya todo es vacío para no volverse a llenar. Hoy se ha terminado de escribir La Leyenda del Holandés Errante, mi tercera novela. Pero es imposible cerrar a sangre fría dos años con diez meses y dieciséis días de sueños y trabajo. Aún me faltan cosas por decir, así que envueltos en la inmortal "Alas de Fuego" de Tierra Santa nos reuniremos por última vez en torno a las últimas palabras que se tejerán en esta historia.
Dedico La Leyenda del Holandés Errante
A la primera persona en quien reconocí las Alas de Fuego:
Mi madre.
Porque más allá de cualquier cosa
Esta es una historia que habla de
Resistir, luchar y nunca perder la fe.
Su temple y experiencia,
Perseverancia y valor,
Me enseñaron lo necesario
Para jamás un objetivo abandonar.
Dedico también este relato al Tío Eduardo,
Esta familia ya no es de tres, es de cuatro;
Y le quiero agradecer por su apoyo, por su complicidad
Y por formar parte de nuestras vidas:
Esta casa no es lo mismo sin él.
Este libro también es para Mustafá,
Solo un perro, muchos dirán;
Pero la familia es la familia,
Y él, desde hace mucho, es parte de ésta.
A ellos tres les doy gracias por ser mi familia.
En el camino he conocido a mucha gente
Cuyos destinos de han unido con el mío.
¿Cómo no mencionar al increíble 1° “G”,
Ahora 4° “G” del Liceo Abate Molina de Talca?
¿Cómo omitir a esos geniales compañeros?
Podría decir que no los recuerdo,
Podría fingir que no los conocí;
Pero ellos no sólo se adjudicaron el capítulo noveno,
Ni esta historia,
En la cual quise plasmar la unión
Que siempre les caracterizó,
Sino que son dueños también de mi amistad.
No puedo evitar mencionar a Dárlyn,
Aquella que de las cenizas resurgió;
No puedo decir que no conocí a Bryan,
Más que un amigo, un hermano.
No puedo omitir tampoco a José,
Brillante –e insistente- amigo y lector.
Tampoco puedo obviar mis respetos a
Varo, Adela y a la Chica Pirata.
Puedo viajar a una sala de clases,
Ir al pasado
Y retornar a los felices años de preadolescencia.
Puedo ver a Val,
Genial amiga que siempre estuvo conmigo.
Puedo ver a Jan,
Que ya no esté cerca nuestro
No significa que no sea nuestra amiga.
Puedo ver a Thom,
Pequeño hermano menor
Cuyo destino debe aprender a andar.
Podría quedarme en ese pequeño universo
Y no estaría mal;
Sería un sueño.
Puedo seguir viajando,
Ir al futuro.
Veo a Yeison,
Aquella especie de mentor
Que tomó cuerpo en uno de los más entrañables amigos
Que jamás he tenido.
Puedo dejarle ahí y seguir andando.
¿De eso se va la vida?
Somos actores que subimos y bajamos
Del tablado del destino
Y Dios es el gran guionista.
Veo luego a Carolyn,
Genialísima cómplice
Y guía en un nuevo mundo.
La dejaremos en paz y seguiremos viajando.
Veo luego a La Rama Culta…
Veo a Ed,
Un genio en ciernes;
A Lipe,
Alguien siempre dispuesto a compartir;
A Dieguito,
Un artista innato;
A Manu,
El tipo más místico que he conocido;
A Tam, a Tithen,
A Nat y a Magda,
Las hermanas que he encontrado
En un mundo que me era desconocido;
A Dumi,
Sencillamente, el mejor enano del mundo;
A Ariela,
A quien extraño;
A Morrie,
Cuyas conspiraciones me gusta compartir;
A Jaz,
A quien sus deseos por descubrir el mundo
La llevarán lejos.
Todos ellos son grandes amigos,
Son los que quedan,
Esas voces que resuenan,
Pese a que no las oigas.
Aparecen también,
A la berma del camino,
Gabriel,
El encantador licántropo,
Fantástico amigo
Que pese a haber sufrido en esta vida,
Batalla por ponerse de pie,
Continuar
Y ser el mejor.
Gracias por tu ejemplo, Lobo.
Se perfila bajo una farola
La silueta de Mati,
Quien cumple un excelente papel
Como hermano mayor.
Se vislumbra, finalmente, Martín,
Quien representa el significado
De la verdadera amistad.
La Leyenda del Holandés Errante
Hubiese sido imposible de realizar
Sin lectores como:
Azel, Morgund y Duqueuviedo;
ChristianPriArri, Quilapan y Dromedario 81;
Kpalomar, Mente_Veloz y Stracciatella;
Ticaa, Sheisan e Ivette27
Y todos aquellos que permanecieron en las sombras.
La Leyenda del Holandés Errante es para todos vosotros:
Familia, amigos y lectores.
Dichas estas palabras,
Puedo despedirme de Liselot,
Lodewijk,
Y tantos otros.
Al fin, y de una buena vez,
Dejémosles ir en paz.
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