Las sirenas indebidas pisan la tierra y nos bautizan con agua de sal manada de sus cuerpos.
Sus lágrimas sobre nuestros karmas son la bendición del vientre del mar.
Aguardan nuestra hora de dormir,
y toman algo de nuestro cuerpo etéreo.
Caminan sin ser vistas, tienen el ADN invisible.
Escuchan cuando el infortunio nos hace lamentar.
Hacen largos viajes y se esconden en los ojos de agua
donde se bañan las mujeres de los pueblos.
Se evaden como los insectos de luz,
sobrevuelan nuestras cabezas,
remontan palabras marinas
de poemas truncados en las voces de las caracolas…
Texto agregado el 10-01-2016, y leído por 128
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Lectores Opinan
16-01-2016
Tienen algo especial las sirenas, los ríos y las mujeres de los pueblos. Y tú. Y tú, que sabes escribir con la belleza y armonía que no domina cualquier escritor de poesía.+++++ crazymouse