Una noche de charla, entre primas, de repente nos llegan a la mente tantos, recuerdos de una niñez compartida, entre juegos y amigas, que hoy parecen tan lejanas, aquellas tardes de reunión en un terreno, vació, contando historias de fantasmas, heredadas de nuestros padres y abuelos, una asustadiza niña de ojos saltones, era la encargada de dichos relatos, que al terminar , todas nos íbamos con miedo a nuestras casas, ella principalmente, era la más temor tenia a sus famosos cuentos. Las peleas con los vecinos de la esquina. Mi intento fallido de aprender a andar en bicicleta y en patines, los pochoclos hechos por mi mama, a la que ella decía rositas, eran días interminables de risas y de juegos, pasábamos de la rayuela al elástico, y después a las muñecas, nos peleábamos por ver quién era la mama y la hija, y siempre otra de las amigas era la que sacrificábamos para ser clienta de la peluquera del barrio. Después a ver viejas series de superhéroes, para luego imitarlos y jugar a salvar el mundo. Los días de semana de nuevo, al colegio, la rutina de estudiar con libros heredados de nuestros hermanos mayores, íbamos por calles de barro, , chaparreando agua , con nuestros delantales blancos, que al final del día no lo eran tanto, mientras soñábamos despiertas, y crecíamos sin quemar etapas, esperábamos con ansias , a papa Noel y los reyes.. Que venían con pocos regalos y a vez ninguno, armando piletas de lona para pasar el verano, porque eran tiempos difíciles para las familias de muchos hijos, que dignamente luchaban por un futuro mejor, teníamos el corazón lleno de inocencia. Que cada día era una aventura diferente, no sabíamos lo que era el aburrimiento, pronto llego la adolescencia y cambiamos por las novelas románticas y los cantantes de moda, mientras imaginábamos la cara de nuestro príncipe azul que nunca llego, las muñecas quedaron atrás, junto con las trenzas y los vestidos, con flores y volados, nuestro cuerpo fue cambiando y nuestra vida también, y vimos como la vida se fue llevando a seres queridos que ya no están. buscando cada una su camino, miles de veces nos hemos distanciado, pero el destino nos vuelve a juntar , ahora de adultas, vemos todo tan diferente, porque nuestra niñez estaba plagada de una , magia que hoy ya no existe, la tecnología y los tiempos modernos, hacen que los chicos crezcan más rápidos y les impide a veces vivir lo mejor de su niñez,, se ha perdido la costumbre de jugar afuera de inventar juegos, para los días de nublado y de frio. Una noche de charla entre primas, desveladas. Que van juntando entre recuerdo, lágrimas y risas, pedacitos de la infancia que ya nunca volverán.
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