Frente al televisor
busco la razón de mi existencia
sempiterno razonamiento
que es como subir una escalera
a cambiar la bombilla,
luego tener que bajar a oscuras
pasarle corriente y vuelva a iluminar.
En esas situaciones sería bueno
hacer como dicen hizo Dios:
"Hágase la luz” y todo se iluminó.
Aunque después tuvo que instalar
las bombillas.
Sigo apoltronado en mi diván
acariciado con suavidad por la pijama,
todavía frente al televisor
satisfecho por no ser día de trabajo…
¡Maldita manzana! La tenían que mordisquear.
Estos mis pensamientos
son como los espectros,
Sé que están allí
pero no los puedo materializar.
¿Y la niña? ¿Cuál niña?
Esto último no lo estoy pensando…
Ha sido un lapsus clavis.
Ah mi admirado Borges:
"Después de un tiempo,
uno aprende la sutil diferencia
entre sostener una mano
y encadenar un alma”.
Como dijo Nicanor:
¿Cuántos brazos me quedan por abrir?
Parra conocer el amor.
Mejor dejo de cavilar y
enciendo el televisor.
Texto agregado el 05-01-2016, y leído por 257
visitantes. (6 votos)
Lectores Opinan
05-01-2016
muy bueno, aunque el televisor solo lo enciendo para ver una película, ya que la basura de televisión me da náuseas...***** blasebo
05-01-2016
Cavilaciones....agradable ver utilizada esa palabra. Buen texto. avespaciano
05-01-2016
Los días de descanso es bueno dedicarlo a escribir versos. Tu Anti-poema lo dice todo. Me gustó mucho. Saludos. NINI
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