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EL REGALO
Era un hermoso amanecer en los primeros días de enero, el cortinaje de aquel lugar era mecido por un aire fresco y agradable que traía entre sus alas el aroma de las rosas y demás flores que adornaban el extenso jardín de aquella mansión comunitaria. Junto con el frescor de la hermosa mañana se colaron para Rosaura un cúmulo de recuerdos que habían quedado bajo llave en un desesperado intento de extraviarlos para siempre de su mente.
En un estado de regresión, Rosaura con la felicidad en el rostro y con los ademanes que suelen tener todos los niños, de un salto se puso de pie y busco presurosa sus viejas pantuflas, esperaba encontrar el regalo que cada año insistía en pedirle a los reyes magos.
Como aquella vez que hizo el pedimento a los tres personajes y ni Melchor, Gaspar ni Baltazar se lo concedieron. Entonces buscó a su madre para preguntar ¿qué había pasado? La mujer entre los sopores producido por el exceso de licor ingerido la noche anterior y las brumas del desvelo, se incorporó a medias en su lecho, asomando la cabeza con dificultad tras del corpulento cuerpo masculino que estaba acostado junto a ella. Era un cliente más, uno de tantos amantes de un rato que frecuentaba llevar su madre a casa. Fueron muchos, pero la cara de aquél hombre nunca la olvidaría. Ni el sonido lúgubre de aquella voz, cuando le dijo sonriendo con descaro y la mirada vidriosa por la lujuria:
—Ya te daré yo tu regalo de reyes criatura.
...Esa mañana cuando Rosaura no encontró junto a sus pantuflas indicios del regalo que tanto anhelaba sintió una gran desolación y rompió en llanto incontenible hasta entrar en una crisis nerviosa. Tirada sobre el piso se estrujaba con sus manos la entrepierna como queriendo defenderla de un despiadado invasor, luego, entre alaridos pataleaba frenética como si fuera víctima de un gran dolor vaginal. Finalmente quedó hecha ovillo llorando con desconsuelo. Como lo hizo cuando apenas era una niña de seis años.
Al acudir para ver lo que estaba pasando, la doctora encargada de aquel pabellón de la casa de salud donde vivía interna Rosaura, la niña-mujer corrió a refugiarse entre los brazos de la doctora como una criatura desvalida que acaba de ser violada. En medio de la desesperación y las lágrimas, con el candor que tienen los niños de esa edad, le dijo al oído a la doctora como en un susurro aquellas palabras que eran recurrentes en la paciente cada vez que tenía una crisis:
—Ya no le voy a pedir a los reyes magos regalos ni juguetes...
—Ahora les pediré una mamá que no traiga hombres malos a casa...
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Con profundo dolor por esas niñas y niños vejados en cualquiera de las formas implementadas por lo más grotesco de la condición humana. He puesto en voz del personaje esa súplica silente que tal vez hicieron o hacen cientos de niños o niñas una noche cualquiera o incluso la noche de reyes. Porque debemos reconocerlo, no todo es felicidad para los menores. Por ello expreso este deseo… ¡Que la vida les conceda lo que pidan!
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Texto agregado el 05-01-2016, y leído por 428
visitantes. (15 votos)
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Lectores Opinan |
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18-01-2016 |
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Un texto que sobrecoge. No todo es felicidad en los niños en esas fechas señaladas. Hay padres que son tan pobres, tan pobres que ni siquiera pueden dejar nada a sus hijos.
Y otros, por otro lado que no debieron ser padres nunca: maltratar, humillar a un hijo es de lo peor.
Se lee bien pero deja un gusto amargo. Mi enhorabuena. Zabelita |
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14-01-2016 |
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Crudo texto y para nada alejado de realidades absurdas y penosas de niñas y niños que jamás volverán a ser lo que fueron. Sobre la narración...nada que decir, excelente. Saludos! TuNorte |
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08-01-2016 |
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Cuando una mujer no está preparada para ser madre,suceden estas cosas.
Me estremece el relato y pienso que no solo puede suceder a pequeñitos indefensos.
Esos hombres con los cuales ella tiene placer,pueden frustrar a otros hijos no tan pequeños que por temor se quedan callados...
He sabido de casos por eso no quedo indiferente a esta lectura*****
Un abrazo
Victoria 6236013 |
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06-01-2016 |
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Me has conmovido profundamente, tu texto me resulta desgarrador. Felicito tu pluma.
Un abrazo dulce. gsap |
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05-01-2016 |
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amigo, me has hecho viajar a lo más recóndito y oscuro del ser humano. que humanidad en la que vivimos, mis lágrimas.....***** blasebo |
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05-01-2016 |
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Es una triste historia, muy bien narrada, sobre el abuso infantil. Brota de tu pluma queriendo hacer eco, denunciándolo y mandando un fuerte mensaje para parar estos abusos. Me identifico con tu dolor y pesar. Saludos. NINI |
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05-01-2016 |
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Así sea amigo. A muchos niños les arrancan brutalmente la niñez. Ojalá tu deseo, el mío, el de muchos, se convierta en realidad. Saludos. girouette- |
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