Huraño corazón ¿a qué juegas?
Si no fue mi estupidez, culpo a su sonrisa
y a los hoyuelos que se forman en su mejilla;
pienso que fue cuando viajé
hasta sus pobladas pestañas, distraído,
hablando de amor.
Entonces recuerdo mi historia y la suya,
su inocencia y la mía
esa que no volvió jamás
y me tortura.
Perversa mente ¿dónde te encuentras?
tú que calculas las estrellas,
que tiñes las palabras,
administradora de sentimientos.
Hemos fracasado.
Entonces recuerdo mi historia y la suya
su inocencia y la mía
esa que no volvió jamás
y me sigue torturando.
Y si dejara de pensarla,
si pensara menos.
Texto agregado el 04-01-2016, y leído por 180
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