Trigo
Juego con un tapiz,
tapiz que se hunde en el mar,
mar moviéndose a los cuatro vientos,
vientos que son cinco.
Cinco son los amores que me han despreciado,
despreciado con rubores de alfalfa,
alfalfa es el alimento de los dioses,
dioses que corroen el alma.
Alma, son los dibujos del sueño,
sueño de cosas paganas,
paganas auroras boreales que se encandilan,
encandilan las virtudes cenicientas.
Cenicientas son las que me han lastimado,
lastimado con agrio sabor a mansalva,
a mansalva, fue la muerte peregrina,
peregrina de atardeceres de poligamia.
Poligamia fue mi hirsuto deseo,
deseo plasmado con sangre de horchata,
horchata fue la bebida del aire,
que hundiéndose en mis manos dio calibre,
calibre a pretensiones desbocadas,
desbocadas a golpes de jengibre.
Tiernas luciérnagas enlodadas,
enlodadas en caminos todos grises,
grises como los ojos del cielo,
cielo que muerde la aurora triste.
Triste es el relámpago seductor,
seductor de cuerpos de trigo,
trigo es lo que da aliento,
a todas estas palabras sin sentido.
|