Cuando oigas el tañido de la campana
lento, penetrante, y lúgubre.
Solo te permito que derrames una lágrima por mí.
Solo una.
Salada y ácida, que navegue por tu mejilla,
y se derrame hasta el suelo del camposanto.
Será mi alimento en el más allá.
Texto agregado el 29-12-2015, y leído por 215
visitantes. (13 votos)
Lectores Opinan
08-01-2016
Me confunde, no estoy segura de si es un enamorado y melancólico poema. Buen trabajo literario, muy bueno. 5* jdp