Observo todos sus movimientos, y puedo ver que se repiten. Quieren engañarme pero caen en sus propias redes; todos ustedes caerán en las trampas que ustedes mismos diseñaron. Están encerrados en un laberinto, uno sin salida, y yo voy a terminar de mostrarles que no hay salida. Detalladamente he visto que corren y no paran de correr, y regresan al mismo sitio, y cuando corren van dejando una serie de muertos en el camino; fetos, bebés, niños, jóvenes, hombres, mujeres y ancianos simplemente son números que van quedando en sus mentes. Dan un paso a la izquierda y luego se devuelven, sólo para sobrevivir; logro ver la trayectoria de sus pasos y sé que mienten, demasiado, más de lo que deberían, pero aún el tiempo les da oportunidades.
Casi todos los humanos son estafadores y el estado máximo del patetismo es vivir de una forma miserable, humillados por la sinrazón del cuerpo humano, y casi nadie trasciende a eso. Voy a adueñarme de todas sus propiedades, pero aún tengo que sufrir, para desentrañar todas las estafas de la especie humana junto a su historia. Reconozco que desentrañar las mayores estafas de la humanidad ha sido una tarea muy difícil, y me he perdido un poco haciendo eso, pues ver los rostros de hombres y mujeres creyendo servirle al mundo cuando en realidad están estafando a todos ha sido un desconsuelo espantoso para mí. Siempre hay que esperar cosas malas, y así, me he decepcionado mucho, pues he visto la estafa en su máxima expresión.
No sabría decirles quién es más estafador, aunque los casos abundan en todas partes. No obstante, si yo decido pensar en todos, veo claramente a todos los estafadores de los cinco continentes y nada me impedirá hacer justicia. Así como ustedes le han dado un valor de 0 pesos a mis obras artísticas, yo les doy un valor de 0 pesos a sus vidas, o algo parecido. No me agrada usar euros, dólares ni ningún otro tipo de dinero, me agradan los pesos colombianos, y si pudiera los usaría en todos los países. Nada debe detener el objetivo de procurar el bienestar de toda la humanidad; muchos no lo procuran y generan infinitas estafas hasta para sus seres más cercanos.
Les he dicho una y otra vez que lo que ustedes muestran no es una realidad ficticia, es su única realidad, la misma que muestran afuera en las calles. Cuando desaparezcan de internet, van a desaparecer para siempre; pues no hay más realidad. Al decidir deshumanizarse pierden ustedes, pues se exponen al dolor, y no tendrán posibilidad de pedir misericordia cuando la muerte los sorprenda como siempre sucede. Es evidente que los estafadores siempre se ocultan, si se ocultan, no duden de que están prófugos de la justicia, de que los están buscando, de que posiblemente quieren hacerles pagar con cárcel, o internándolos en clínicas psiquiátricas, o en manicomios, o que los abandonen en las calles u otras cosas más. No creo que quieran continuar estafando, no creo que quieran continuar robándome mi dinero. |