Llegaron para cuando el planeta había terminado de enfriarse, en el tiempo que conocemos como finales del Eón Hadeico , iniciando el Arcaico
Ya desaparecidos de la atmósfera los gases venenosos como metano e hidrogeno, el dióxido de carbono y el vapor de agua habían llegado a la superficie por medio de los volcanes; y a medida que se enfrió el vapor de agua, ahora agua liquida, se acumuló hasta convertirse en los primeros océanos. Lanzaron las burbujas de caldo conteniendo el ARN autoreplicante a las extensiones acuáticas y esperaron.
Eran hermosos, humanoides, inmortales, por lo tanto asexuados. No eran clones y por esto, sus mentes desiguales percibían, pensaban y resolvían de manera distinta. No eran clones y por esto su aspecto físico era diferente, algunos más brillantes, algunos más altos, algunos más bellos. Destacaba uno llamado Helel.
Pasó un eón desde la siembra. Vieron las primeras formas de vida unicelulares, que resistiendo los cambios producidos por la cristalización del núcleo interno del planeta, el bombardeo de meteoritos y la generación del campo magnético, dieron origen a las primeras bacterias productoras de oxígeno. Vieron como las formas unicelulares se hacían más complejas y como colonias de algas verdes poblaban los mares.
Ya todo iba más rápido. En el eón siguiente algunas formas pluricelulares comenzaron a salir de los océanos, aparecieron las primeras plantas terrestres, luego los grandes árboles primitivos. Los invertebrados van cediendo su dominio con la aparición de los primeros anfibios, insectos y reptiles, mientras el planeta daba millones de vueltas en torno a la estrella central. Vieron con dolor como la confluencia de los terrenos secos formaban un único continente, ocasionando la extinción del 95% de las especies, y otros millones de años más, una nueva extinción en el interludio entre los períodos Triásico y Jurásico. Se asombraron con animales más grandes que ellos, los primeros dinosaurios.
A diferencia de ellos, la vida en este planeta, carente de inmortalidad, tendía a mantenerse en base a la reproducción, perfeccionado los mecanismos de intercambio genético, que permitieron la diversidad de especies y la evolución de ellas.
Y en forma acelerada aparecieron animales terrestres y marinos que llevaban a sus hijos en sus vientres y los alimentaban con sus mamas. Simultáneamente sucede una extinción masiva que acaba con los dinosaurios. Y solo un rato después los primeros homínidos se alzaron en dos patas y los miraron a los ojos.
Solo uno de los visitantes fue sensible a esa mirada. Y les dio un nombre “homini”, puesto que eran hijos de Humus (Tierra)
Y cuando los homini sufrían el frío y la oscuridad, Helel sufría. Porque en su corazón había nacido una luz nueva, que lo hizo más brillante aún. Y él llamó Amor a esa luz (en latín amor, derivada de la raíz indoeuropea amma=mamá).
Y Helel quiso que los homini fueran como él. Y les dio la luz.
Su acción no estaba desprovista de riesgos y pagó las consecuencias. Su superior, indignado lo llamó. Le hizo ver la gravedad de sus actos. Ya no serían únicos en este universo, algún día los homini serían como ellos, inundados por la luz del conocimiento, llegarían hasta ellos, quien sabe en que tenor, ¿para desplazarlos hacia su universo de origen?,¿para reemplazarlos en la colonización de este universo?. Fracaso horrendo de la misión. Y la voz inmensa de Jah se alzó para preguntarle a Helel:
¿Por qué has hecho esto?, ¿que quieres, que buscas?.
Y Helel respondió:
La transmutación de todos los valores.
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