No me gusta
cómo me sientan las ausencias
y ese negro olvido
que es el silencio
de sentir que caigo en saco roto
que sigo lanzando palabras
sobre un estanque
que instantes después
reflejará el mismo paisaje
aunque guarde dentro
cada una de mis piedras
que son tan pesadas
a veces, lo sé,
que son una carga.

Tengo demasiado tiempo libre
dice Andrés que no es posible
ser feliz así, y yo no sé...
Yo intento encontrar la forma
de darle sentido a esto
de sonreír cada vez
que siga pensando en ella, y en mí,
-porque lo hago/lo haré-
cuando pase por aquel restaurante
o la cafetería que quise enseñarle
y siga esperando escuchar
su voz al pasar llamándome
o sus ojos al salir del bar
esperándome.
Últimamente tengo demasiado tiempo
cientos de libros
muy pocos amigos
una perra que se alegra cuando hace frío
y el saldo negativo en abrazos diarios
-leí que necesitamos cuatro para sobrevivir,
ocho para mantenernos
y doce para crecer;
normal que ahora vaya menguando-.
Ayer me llamaron papá
por equivocar un número
más tarde una niña
me confundió con su abuela
abrazó mi pierna
y bailó conmigo un rato
regalé mi luz a otra
que pronunció el 'gracias'
con un acento extraño.
Todo fue tan hermoso y triste
que al llegar a casa lloré un rato.
Cada vez que lo hago recuerdo
a Sabines y lxs poetas descarnadxs
Ojalá fuera suficiente con no escribir
para dejar de sentir -o llorar- tanto.
Al fin solo vine a decir(me)
que esto no es un punto y su final,
si no vienen a borrarme los dos últimos...