Como cada noche, Romeo saltó los muros para acceder cerca de de su amada. Mas en la caida sorpresa atopose, que con sus partes masculinas gran golpe se dió. Golpe seco y quejido lastimero: ummm!!!
En la oscura noche, por luz tenue de luna descubrío una estuatua traicionera en su camino.
-Sois vos, mi amado? Preguntó julieta que aguardaba en su ventana.
Y aún encogido de cuerpo por el dolor, miró la estatua y respondío
-Si mi amada somos nos.
-Os noto con voz truncada, acaso estais resfriado.
-Ummm truncado.
-Venid, acercaros. El tiempo se me hacía eterno, aguardando por vos.
El dolor siéndole tanto no podía caminar presto, y prefirió quedar resguardado en la oscuridad del naranjo.
-No os veo mi amado. Acaso os quedasteis mirando la nueva figura que mi padre hizo poner en el jardín.
Regañó los dientes el amante dolorido y mirando la estatua ...
-He!
-Es una estatua del David de Miguel Angel.
-David.. diríase POSEIDON.
-Muero, por veros, por acariciaros, por tocaros.
-NOOO !! presto respondió Romeo. mmm mejor no nos acerquemos mucho, la guardia puede andar cerca.
-Pero esta noche quiero ser vuestra.
Eran dos semanas esperando esas palabras y el David vino a hacer de inmovil inquisidor.
-Os dejo mi Julieta. Me encuentro algo dolorida.
.. . dolorido.
-Que os sucede, me siento aturdida, decidme que me amais.
Y así marchose Romi, mas topose con el brazo de la inerte figura en el suelo partido y acertó a decir.
-Os llaman David, mas por maricona os es bien empleado manco quedaros.
Supúsulole cuatro días de unguentos y lavativas, mas Romeo pudo volver.
Torció su camino en el jardín mas repetía cada vez que pasaba
-Maricona, Maricona, manca maricona.
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