Miré la constelación de pecas que habían al norte de tus blancos senos,
mientras tú golosa los moldeabas en tus manos, quizás pensando en mi...
me insinuaste un atisbo de tu talle hasta tu cintura a través del negro raso, pero una vez más el tiempo fue cruel y nos postergo la ambrosía, sacándola de mi boca...hasta una nueva ocasión.
Texto agregado el 21-12-2015, y leído por 241
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