Seremos felices
cuando los recuerdos
ya no nos duelan,
cuando hayamos entendido
que eran parte de nuestro aprendizaje,
pero aprendimos así la herida
se abriera mil veces
y después de probar muchos venenos
encontramos el antídoto,
mezcla de amor y poesía
y canto a la vida que al fin de cuentas
es la mejor riqueza que tenemos,
sin ella todo estaría en silencio.
Hoy saboreo la miel de tus labios
y me quedaré para siempre en ellos,
pues aprendí la lección
a punta de daga en mi corazón,
ahora todos los cielos están abiertos
y muchos caminos intactos,
me acompañas a recorrerlos
porque ya nada nos asusta
ni siquiera el fantasma
cuando la noche se divide.
AUTOR: PEDRO MORENO MORA
@ DERECHOS RESERVADOS.
Texto agregado el 19-12-2015, y leído por 301
visitantes. (2 votos)