¡Oh! Viejito Pascuero acuérdate de mí, siempre me porte bien en el jardín, jamás hice daño a Pepin a pesar que él era tan malo como un diablin.
¡Oh! Viejito Pascuero acuérdate de mí, siempre he honrado a mis padres como un santón y he amado la naturaleza como un puerco espín. ¿O Viejito Pascuero porque no estás? ¿Por qué ya no vienes? Era tan feliz cuando venias en Navidad con ese lindo regalo para papá y no sólo para papá sino para toda la comunidad.
Tu barba blanca y tu rojo traje me era muy natural, tu sonrisa fresca con tu aliento que olía a fresa. ¿O Viejito Pascuero porque ya no estás? ¿Algo hice mal?
¡Oh! Viejito Pascuero espero que no te hayas ido para siempre, añoro con todas mis fuerzas el día que vuelvas a caer por la chimenea con esa pose tan especial y me regales una sonrisa como las que me da mamá cuando me voy acostar.
Juan Pablo Salazar
Texto agregado el 18-12-2015, y leído por 294
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