DECIRES (IX)
“La persona que pierde su intimidad, lo pierde todo.” Lo ha dicho Milan Kundera. Yo agregaría, la mujer que platica de sus intimidades, es de mucha liviandad, poca dignidad y mucho menos decencia. (Brocken)
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La seguidilla de comentarios a este texto me obliga a contestarlos desde aquí, luego le haré llegar a los mencionados por otro conducto lo que en este espacio se diga, ¡faltaba más! Para eso soy un respondom.
A las señoras que han intervenido, por esa condición y por esta vez, omitiré referirme a ellas. Al apreciable Nini, en agradecimiento a que frecuentemente lee y comenta mis ocurrencias le haré llegar a su ldv lo que corresponda. Aquí pues mi respuesta a los otros sujetos.
“Cuando el perro viejo le aúlla a la luna, ni el mismo sabe por qué lo hace” Y cuando la perrada se une al coro de aullidos, generalmente lo hacen por lastima hacia el vetusto líder, porque en su decrepitud aúlla porque presiente su muerte”.
Decirle al maestro de maestros, al del ego inflado como globo de Cantoya, que su comentario está sustentado en una falacia. Falacia de la PISTA FALSA se le llama y consiste en despistar, es decir distraer la atención del oponente y del auditorio hacia un asunto colateral para disimular la debilidad de la propia posición.
Que no sea bobo el maestro, cuando escribí lo que escribí y luego comentó, desde luego que no me refería al tipo de confidencias que mañosamente esgrime, tampoco a las confidencias de confesionario ni a las que hacen las mujeres a sus consejeros espirituales. Si las pocas neuronas que le han dejado los años no le alcanzaron para entender al tipo de confidencias a las que me referí, le dejo un ejemplo:
Una “dama” que le confía a “alguien” que no ama a su marido y que nunca lo amó, a tal grado que al casarse en segundas nupcias con él, condicionó el enlace a que ella seguiría llevando el apellido de su primer marido, pues el de aquél tiene resonancias extranjerizantes, mientras que el del pobre diablo es un apellido tan común y pedestre. Esa misma señora que luego a mandíbula batiente se ríe del pobre diablo quien en un inicuo afán de quedar bien con ella tergiversa su apellido para que también suene a extranjero y al que según ella misma, lo único que se le para es el reloj.
Si con este ejemplo no comprende el maestro el tema específico del asunto, pues mejor dejarlo a que siga aullándole a la luna, ya se sumará la perrada para hacerle compañía.
Al buen carlitos decirle, que cuando se meta en un pleito ajeno, que se lo lleve con tiento, puede salirle un respondom. El comentario mamón que dejó el tal carlitos me obligó a leerle algunos textos suyos. Reconozco que escribe bien, pero es de una comprensión lectora que da pena ajena. Ni siquiera atina a entender lo que dice un texto en su literalidad. Por ello, como a los parvulitos lo llevaré de la mano explicándole el texto de marras:
Mira carlos, carlitos, caro: Ni tú, ni yo, ni quien escribió lo que entrecomillaste, somos Milan Kundera, por lo tanto no sabemos lo que él quiso decir. Te dices escritor, por lo tanto debes saber o al menos intuir que el lector desconoce y desconocerá la intención y el objetivo de quien escribe algo. Los lectores recreamos, imaginamos a partir de la obra. Ahora dime, lo que se anotó sobre lo que dijo Kundera, ¿es cierto o es mentira? ¡Desde luego que es cierto? Lo confirmas con tu comentario, que si lo saqué de contexto, seguramente, como tú lo introduces en el contexto que te conviene, entonces en eso estamos tablas.
Te sigo llevando de la manita por la literalidad de mi texto: “Yo agregaría” escribí… y agregué lo que críticas, lo hice por qué se me dio la gana, por mis güevos, así como aquel escritor que en pleno ejercicio de su libertad escribió un texto titulado El Doblón Español que es un verdadero galimatías y que recibió de sus incondicionales estultos comentarios como éste por ejemplo: “Tu historia trasuda nostalgia y desencanto, pero en el fondo hay trazos fuertes de magia y esperanza que hacen reflexionar al lector sobre el encanto de la ilusión y lo sublime de la esperanza; y a pesar de que en la historia se explicita que el personaje toca fondo, la acción de éste refleja lo contario” nada que ver con el texto, sin embargo así lo interpretó el comentarista. El autor quedó calladito, nada dijo que se lo sacaron de contexto. ¡Claro, con el comentario le sobaban la joroba! Como se dice coloquialmente.
Finalmente caro, carlitos, me tachas de misógino, me parece que con este juicio de valor solo demuestras que eres o te haces corto de entendimiento. Cómo te atreves a criticar en estos tiempos en que vivimos, donde las mujeres han luchado y han logrado para bien y para mal ocupar posiciones que antes les estaban vedadas por los hombres. Ahora se han proclamado iguales a los hombres y se les debe reconocer ese status. Al día de hoy las mujeres en ese estado igualitario donde por méritos propios se han colocado, están sujetas a críticas y señalamientos como a los hombres. Se les puede señalar por sus actitudes de mala condición humana, porque las hay en la realidad. No me vengas con sandeces de la misoginia. De lo de tendencioso, “El burro hablando de orejas” ¿sabes qué quiere decir tendencioso? En cuanto al remate de tu comentario, no faltaba decirlo, de que eres de una candidez candorosa… ¡Ni dudarlo!
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