Vives recogiendo escombros, tu vida desierta y desolada,
Tu felicidad en una esquina de tu mente arrinconada,
¡Ja! Y a mí, ni una mirada!
Risueño, risueño así quiero verte
¿Pero vos? ni risas ni que nada,
Siempre serio, siempre serio, ¿Qué te pasa? ¡Qué demente!
¿Acaso piensas que la vida es cumplir deberes solamente?

Sueñas despierto y despiertas siempre a tiempo,
Ya soñaste demasiado, y aunque casi tus sueños has alcanzado,
Sigues implorándole al viento un amor,
Aunque lo niegues, aunque sé que mientes,
Aún aguardas por esos brazos que te den calor,
Si! Tienes sentimientos así digas que ya no sientes.

Recoges tus memorias de fragmentos de canciones,
Por favor,¿ por qué no entiendes ni tus emociones?
Ni cuenta te das que te miro cuando ni siquiera estás,
Que llamo tu presencia cuando ya te has ido,
Ni siquiera mis sinceras palabras te han conmovido.


Meditabundo permaneces bajo un sol ardiente
Sol que te harta, sol que te hastía
Anhelas la lluvia, esa lluvia traidora que de agua llenó tus ojos,
Anhelas ese frío intenso apenas comparable con la soledad de tu corazón,
Anhelas esa compañía que llene tus días de armonía
Anhelas encontrar de tu vida la razón,
Hacer de tu miseria el despojo que lances con alevosía al mar,
Mientras tanto consuelas tu melancolía con la idea de que algún día no pararás de amar.

Pero hombre! ¿Qué te pasa, qué te ocurre?
Deambulas circunspecto entre tus propios pensamientos,
Te encierras en ti mismo, como queriendo alejar hasta el propio viento,
Qué fácil pierdes la calma, cuan fácil pierde tranquilidad tu alma,
Estas en tus miedos tan inmerso que ni cuenta te das de lo que por ti siento,
Ni esa dulce melodía, ni ese suspiro improvisado logran traerte esa calma.
Y yo, aquí sentada evocando letras, a ver como las compongo, las arreglo…
A ver como digo, que te quiero, que te quiero!

Quiero que mi voz acompañe tu silencio,
Quiero que me recuerdes cuando aún estás dormido,
Quiero que me anheles aunque esté a tu lado,
Quiero ser la esperanza que tienes cuando crees que todo está perdido.

Levántate hombre, esboza esa sonrisa que me encanta,
Olvida ese frío, olvida ese lado sombrío, olvida el llanto,
Yo sé que aunque en silencio, tu corazón siempre canta.