Encanto
llovizna de estrobos golpeando la piedra caliza de tus ojos pardos que brillan extenuados
manto extendido de cielo estrellado a pinceles de fuego y neón

Asombro
estallido de ola mordiendo sin dientes la roca áspera y gris;
taquicardia del alma, golpe certero de hierro templado.

Resistencia
muros de mármol y pedernal; rompeolas; alas rotas y plumas muertas, exilio, eudemonismo y resurrección por dentro; en el borde un pukará de piedras.

Apertura
piernas abiertas al universo; como escuadra y triángulo infernal que respira a golpes secos
regazo de madre predispuesto para la guerra y el miedo a la bóveda abusiva de la noche sempiterna

Entrega
bajada de manos, arrío de banderas; lento y latigudo pestañar
afuera la ropa; adentro la espera; te doy toda mi vida, la puedes tomar; cae el telón estampado de dudas, bordado de miedo galvanizado.

Caída
cede el piso, desaparece; ya nunca más está donde alguna vez estuvo; inhala y exhala el vacío
mis pies le guiñan al cielo, mi boca se inunda de viento; quiebre en la mirada y precipicios arremetiendo

Fusión
vitral que cae roto; sol y sombra; congregación, unión y metal aliado
la lava baja pausada incendiando el bosque; la sangre pulsa entusiasmada; abajo sopla el frío; me quedo en lo más alto adormecido