hubo un tiempo en que solía llamarme a mi mismo comunista, y no es de extrañar porque vengo de una familia de una corta tradición comunista que se ha ido prolongando con el paso del tiempo, sin embargo al entrar a la universidad, y estudiar mucho más de lo que había hecho en el colegio por un tema de acceso al conocimiento, logré darme cuenta que los valores que a mi me habían enseñado iban más de acuerdo con otras cosas.
estudié a Nietzsche, estudié a Bakunin y a Kropotkim, de paso estudié a otros filósofos como Savater, Platón y Sócrates. Al final terminé militando en una organización gracias a la cual encaminaría mis metas por una senda propia, no de esa organización, no de la de mi familia, no de la de nadie. quemé la bandera roja y levanté una negra que no simboliza nada para mi más que un ansia de libertad que parte desde mi individualidad hacia el mundo.
no reniego de mi pasado, estoy orgulloso de él porque me trajo hasta aquí... nunca podría estar arrepentido de mi pasado, eso sería un error, y aunque el nihilsmo, el vitalismo y la anarquía se hayan empoderado dentro de mí no podría mirar al pasado con desdén, después de todo soy historiador y trabajo con esto: con recuerdos.
I
Serp
señoras y señores, la hora ha llegado,
de reclamar lo nuestro por derecho consumado
porque nosotros aquí no somos allegados,
somos humanos, padres y apoderados
del derecho a nuestra tierra que con nuestras manos
desde siempre arduamente hemos trabajado.
desde tiempos antiguos nuestros ancianos
han sido vistos trabajar como asnos
sin recibir nunca alimento como pago,
ni siquiera alguna vez un simple reparo,
en vez de ello solo codicia a cambio
de un aumento acrecentado de trabajo exasperado,
sin embargo, compatriotas, siempre ha de ser raro
que perdamos la esperanza en momentos atareados,
aún cuando nosotros no poseemos aparatos
contra los que ellos siempre han estado usando
para embestir a ancianos, huelgas y orfanatos,
por esto y mucho más:
¡revolución queridos hermanos!
II
Molot
El martillo golpea el hierro con tintes color rojo
y la sangre del esclavo cae una vez más,
luego mira al cielo y un arrebol lo cubre todo
entonces descubre la miseria en la que está.
El obrero grita al cielo -"¿por qué razón he de estar yo aquí?"-
-porque el destino con el martillo tu te has forjado-
respondió el arrebol con tono enfadado
-¿como he de forjar yo lo que es del dueño de todo aquí?-
-¿acaso mis colores tu has observado?,
¿acaso de tu sangre nunca has derramado?,
tu alcanzarás el cielo puesto que el cielo no es de añil
y tus árboles darán fruto como la frutilla del verano,
o la primaveral rosa de intenso color carmín-.
El que niega a su sangre niega a su hermano
puesto que todo hombre proviene del barro,
y si la injusticia al ser humano a completamente dominado...
¡levanta el martillo y conviértete en revolucionario!
III
Zvezda
el poeta no aclama por hablar
ni escribe solo por saber,
revoluciona al almas al retratar
la vida como es digna de ver.
su corazón palpita oro
que se transforma en dignas palabras
que al entrar al oído de todos
enardecen al alma atrapada.
las rosas florecen en rabia
y los lirios fallecen en pena
ante la palabra sagrada
de escrituras salvaguardadas.
el poeta es el brazo armado
de trabajadores enclaustrados,
solo con un lápiz prosaico
ante encarnizados tiranos.
su canto inspira revoluciones
y hace caer las estrellas,
le otorga pasiones a los hombres
y los hace ahogarse en ellas.
¡juntos eliminemos a los parasitarios
y convirtámonos todos en revolucionarios! |