La altanería de las masas las lleva a cometer muchas falacias, empezando porque ni siquiera reconocen que son humanos; esto les impedirá pedir ayuda inclusive estando a punto de morir de hambre. Solos envueltos por su egoísmo, permanecerán inmóviles aunque a su alrededor la oscuridad inunde cada sitio. Hoy observan las noticias y no se conmueven, mañana verán noticias un poco diferentes y seguirán permaneciendo incapaces de conmoverse. Verán la oscuridad y seguirán pensando que todo es perfecto; incapaces de rebelarse a la naturaleza, no podrán darse cuenta de que cometieron miles y miles de errores; no podrán detallar sus errores, porque serán envueltos por la nada y ella les enseñará algo trascendental.

Me doy cuenta de que no observan el mundo que los rodea, y eso les traerá terribles consecuencias, pues la fuerza que rige la vida es portentosa y no tendrá piedad de ustedes. El egoísmo que rige sus vidas, los absorberá, porque la fuerza de la naturaleza no sólo se da hacia la supervivencia, sino hacia la justicia. El terrorismo siempre ha sido visto por la sociedad como una opción que culmina horriblemente y siempre será así; esto me lleva a concluir que siempre se debe tener una ideología que encause todos los problemas de la humanidad, no una que genere aislamiento en las poblaciones que se dedican a vivir sin mucha dedicación a las culturas que preceden la civilización actual.

La justicia no es evadible ni aquí en las plataformas digitales, ni allá afuera; lo que pasa es que no siempre es eficaz como todos quisiéramos, esto no significa que los criminales puedan vivir en paz, la angustia de vivir perseguidos por infinidad de formas de justicia no permite que reine la injusticia en las diferentes poblaciones. Siento que los océanos están contra mí, siento que el universo está contra mí, pero aun así, no logro detenerme; soy como una piedra que va por un río sin poder ir en sentido contrario.

Al sentir fuerte el arte en mis venas, siento que vivo, que puedo entender todo el universo y más allá de él, veo también otras dimensiones, todo puedo verlo, y así conozco la percepción de cada ser vivo, de cada humano y cada animal, e incluso la de cada extraterrestre a miles y miles de kilómetros de nosotros. En soledad y en ficción pasan las personas la existencia extrañísima que fue impuesta a nosotros; eso me causa creatividad. Si uno decide fingir más de una vez, posiblemente lo seguirá haciendo, y si uno decide fingir una y otra vez, no puede extrañarme que estos seres padezcan de terribles trastornos mentales asociados al terrible desenfreno desordenado de sus cerebros. Las personas se transforman para sobrevivir, pero al ver que nada les queda, se quedan estáticas ansiando la iluminación de la ciencia para culminar sus existencias. Ese proceso es incierto para la especie, pero no hay ninguna otra forma de llegar a la conclusión del género humano. Ansío ver con alegría que el sufrimiento termine en el orbe, y no sólo en el orbe sino en todo el universo.