El adiós a la vida. 
 
La tarde se va perdiendo, 
Por detrás del horizonte 
Como la vida, 
Que nos deja de repente 
Y el alma que también, junto a la vida, 
Abandona, sin quererlo, nuestro cuerpo, 
Flota quizá, 
Sobre alguna nube pasajera, 
Para transformarse en llanto 
De aquél o aquella 
Que ha quedado, 
Para sufrir la pena del condenado, 
Deseando partir junto al amado, mas… 
Su hora aún no ha llegado 
Y busca en la tarde de verano, 
El amor y el calor, casi olvidado, 
Queriendo retornar a su pasado. 
Pobre iluso que no sabe 
Que en la vida, 
No hay retorno, 
Que la muerte es el último refugio 
Y después… 
La esperanza de otra vida, 
Nos envuelve… 
Queriendo volver a verle. 
Mas… el sol vuelve a ocultarse, 
Por detrás del horizonte 
Dejando en el alma y en la mente… 
El amargo sabor de la nostalgia, 
Recordando para siempre… 
Este presente. 
 
Omenia. 
 
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