Llegué a tiempo a la cita.
Ella,coqueta y femenina, se hizo espera unos minutos
.
Nos estremecimos ambos, al vernos por vez primera

Nos sentamos en una mesa del bar, espléndido en su aspecto, estilo victoriano, muebles de madera maciza.
Sus pisos de mármoles provenientes de Carrara .Sillones en las mesas, vitrales magníficos.

Una copa de champagne y ricos bocaditos acompañaron nuestros decires.
Las palabras se deslizaron muy fácilmente.
Nuestras vidas fueron relatadas con la brevedad adecuada.

Como corolario un pianista comenzó a desglosar melodías magistralmente.
Y luego, más tranquilos, ahondamos momentos.
Fueron tan especiales que aún perduran.
Después de un par de horas salimos juntos y...

No he de decir mucho más.
Lo dejo librado a la imaginación de quien lo lea.