Aprendiendo a conocerse.
___Papá, ya estamos todos prontos y tú aún no te levantaste ni te vestiste, hoy hace fecha de la muerte de mamá y vamos a ir al cementerio.
___No molestes Noemí, ya sabes que yo no voy a cementerios.
___Pero papá! No lo puedo creer, no es justo que no quieras ir con nosotros, Julián y yo trajimos a los chicos, ¿Cómo que no vas a ir? ¿Qué les digo a ellos?
___Vete Noemí, no quiero que me molesten, aunque pensándolo bien… me gustaría que Paco se quede conmigo, no creo que a él le guste ir a ese lugar.
___Pero papá!... bueno, te haz convertido en un viejo gruñón y quizá sea mejor que no te quedes solo, por lo menos vas a estar vigilado hasta que volvamos.
Y diciendo esto Noemí, su marido y los otros hijos se fueron al cementerio no sin antes hacerle todo tipo de recomendaciones a Paco, su hijo mayor que se quedaría haciéndole compañía a su abuelo.
El abuelo al ver que quedan solos en la casa le dice a su nieto:
___Paco, prepara el mate y ven a sentarte junto a mi en el jardín, creo que tendrás muchas cosas que preguntarme.
Paco trae la caldera y el mate y se sienta junto a su abuelo.
___Y bien, qué quieres saber?
___Yo no te hablé abuelo, no dije nada.
___Lo se, pero ya verás cuando tengas mi edad y tú también tengas nietos, sabrás leer en los ojos de ellos como yo lo hago en los tuyos.
___Bueno… siendo así, ¿Por qué no volviste a casarte, eres joven aún y estás muy solo desde que murió la abuela.
___Querido Paco, eres un muchacho muy inteligente, ¿sabes? Quizá otro lo hubiera hecho pero verás…yo no estoy solo.
___!Abuelo! No sabía que tenías a alguien, me extraña que mamá no lo sepa…
___Jajaja, no mi querido nieto, cuando digo que no estoy solo no es que tenga a nadie conmigo, no en la forma que imaginas.
___Entonces no te entiendo, o tienes o no tienes.
___¿Por qué todo tiene que ser blanco o negro? Existen otras formas de no estar solo.
___Sigo sin entenderte…
___No te preocupes, ya lo harás, quiero que mires atentamente a tu alrededor y me digas qué es lo que ves.
___Estamos en el jardín y veo los árboles frutales, las rosas, los jazmines y mariposas revoloteando alrededor de ellos porque estamos en Primavera.
___Muy cierto, pero… ¿No ves nada más?
___A veces si, cuando estoy solo veo a la abuela regando las plantas como solía hacerlo.
___!Ese es mi muchacho! ¿Ves cómo me entiendes? Yo también la veo y converso con ella, porque aunque se que no está físicamente, está su recuerdo, su
fragancia la siento oliendo las rosas, removiendo la tierra como ella lo hacía y si entro en la casa, voy a la cocina y con sus viejas recetas hago uno de sus pasteles y siento ese olorcito rico y si voy al dormitorio, la imagino tendiendo la cama, bailando y hasta puedo oír su vos como cuando éramos jóvenes y creíamos que la vida era eterna, así que ya ves, jamás estoy solo, ella me acompaña, siento su presencia en cada rincón de la casa, por eso aunque tu madre no lo crea, me siento feliz y por esa misma razón, no voy al cementerio sé que allí no hay más que huesos y cenizas mientras que aquí hay vida, la vida que viví con tu abuela y que sigo viviendo con su recuerdo, ¿Acaso crees que necesito más que eso?
___Abuelo, me haz hecho llorar, a mi que me creía todo un hombre y que pensaba que los hombres no lloraban.
___No sabes cuánto me alegro de que puedas llorar, eso quiere decir que me comprendes y que nadie te diga que los hombres no lloran, hay que ser muy macho para hacerlo y sé muy bien que tú lo eres.
___Abuelo, no te imaginas lo bien que me siento ahora, me gustaría tener muchas charlas contigo, eres muy sabio y sé que vas a enseñarme mucho.
___Mi querido Paco, le doy gracias a Dios por tener un nieto como tú, eres un regalo del cielo, siempre quise tener un hijo varón, no se lo digas a tu madre, no lo entendería, creería que no la quiero y eso no es verdad, ella es la imagen de tu abuela y mirándola veo a mi querida Rosa.
Y la tarde llega a su fin y el matrimonio y sus dos hijos regresan a la casa.
___Papá, estás en casa?
___Claro que si, ¿Dónde pensabas que estábamos?
___No lo se, como no los vi dentro de la casa…
___Es que Paco y yo estuvimos charlando en el jardín y se nos pasó la hora.
___No creo que la conversación de ustedes haya salido de los monosílabos, a ninguno le gusta hablar mucho.
___Creo que deberías tratar de conocer mejor a tu hijo, no solo me ha hecho compañía sino que he descubierto lo inteligente que es, desearía que lo dejaras venir más seguido.
La joven mujer muda por el asombro miró a su padre y a su hijo y comprendió…! Eran tan parecidos!
Omenia
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