Te doy cinco minutos para que salgas arrancando,
si te quedas mirándome así,
lo más probable es que te enamores de mí
y no pueda salir de tu cabeza
y estaríamos tu y yo en un grave problema.
Pregúntale a todos en el barrio que clase de engendro
soy,
ellos son gente objetiva,
pero por las dudas créeles la mitad de lo
que te digan.
Escucharás muchas historias,
la verdad es que no me enorgullezco de mi pasado
y no me gusta que me lo anden refregando en la cara a cada momento,
si tienes alguna pregunta que sea puntual y yo
responderé con una sinceridad abrumadora.
Aléjate,
no quiero mancharte con mi aura contaminada,
te mereces algo mucho mejor...
el tiempo se te acaba...
cinco...
cuatro...
tres...
dos...
uno... ¡Dios se apiade de tu alma!
Texto agregado el 03-12-2015, y leído por 165
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