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Pequeños ciudadanos tejen un edificio,
Los edificios tejen una ciudad,
La ciudad produce smog,
El smog mata a la gente,
La gente pierde el tiempo
Y muere.

El Dios quiere ser recordado,
Tiene miedo de que
Sus seguidores no lo recuerden,
Quiere una ofrenda,
Diezmo quemado
Para salvar al mundo.

La prostituta trabaja por placer,
La necesidad hace al preso,
El gatillo al asesino,
Y el gatillante a la gente.

Las muñecas no tienen corazón,
Solo ojos que sonríen a todo el mundo,
Modelan por la pasarela de un río seco
Hasta un pantano, y sonríen a los fantasmas,
Y besan lo desagradable.

Mi vista se prende
En el rojo de su cabello,
Y en el anaranjado de las nubes,
Antes
Que la metrópolis perezca.

Hombres Pobres quieren sacar a una familia adelante,
Hijos los odian porque no hay tiempo,
Hijos pierden el corazón,
Se caen,
Y no saben cómo surgir.

Adolescentes aman el vodka,
Buscan cigarros, tienen sida,
Son enfermos, no hay pena,
No hay nadie,
A nadie le importa,
De hecho,
Los adultos les celebran,
Y sonríen como si fuesen bebés.

El alcalde, a nadie le importa el alcalde,
Solo vive perdido, maneja dineros,
Pierde dineros.
Su casa no es su casa,
Su nombre no es su nombre,
A nadie le importa el alcalde
Porque el alcalde
No hace nada por nadie.

La corbata le aprieta,
Se cuelga e incrusta en su cuello,
Nadie sabrá su muerte,
Solo en un mes más,
Cuando el recibo de la luz llegue…
Una bolsa de pan en su cabeza,
Una nota en su mano,
“perdonen el desastre, os amo”,
No quiere que vean su cara,
Nadie quiere morir
Sacando la lengua
Hinchada.

El vagabundo busca
En qué rincón dormir,
No odia a la gente,
No le importa la gente.
“la gente cree que siento envidia”,
Solo pide dinero
Para tener vino de nuevo,
Y está bien,
A mala vida
Bueno es el alcohol,
Buenos los libros,
Buena la amistad,
Buenos los perros.

El perro, que menea su cola
Sigue al vagabundo,
No importa el dinero,
Solo quiere el calor
De su chaqueta,
Solo quiere ser querido.

Ruedas de autos que ladran,
Perros que corren de los autos,
Un ciclista feliz, motos gritonas
Montadas por perros,
Mordidas por
Motociclistas.
Va’, ¿No era así?

Los Gatos crean orquestas en Agosto,
Mes de la repoblación,
Benditos los esterilizados,
Pobres quienes mueran,
Aunque los gatos, solo los gatos,
Se acurrucan junto a sus amos cuando están
A punto de sucumbir.

Chiquillas de quince embarazando
A hombres de veinte,
Familias reunidas por la muerte,
Cuidad reunida por la muerte,
Ciudad conocida por la muerte,
Muerte igual a catástrofe,
Igual a los sonidos
De jóvenes que gritan,
Porque la vida les es justa.

Me pierdo en whisky,
El callejero quita la botella
De mi boca, quiere
Que busque un trabajo,
Quiere que no viva como él,
Quiero ser como él,
Beber con amigos,
Llorar por amor,
Gritar por nada,
Vivir sin gloria.

Artistas que no salen a flote,
Mientras, un crítico de física
Les discrimina por no tener
Un título.

Un policía apuñala a un colega,
Los perros le ladran,
Corre hasta cansarse,
Quizás su hijo
Realmente merecía pena de muerte.
Llora y olvida su razón de vivir.
No somos nuestro trabajo.

Un pequeñito quiere crear una empresa
Con cien pesos, es una inversión,
Junta en su chanchito
Todas las monedas que puede,
Lo rompe y se va a comprar
Todas las golosinas que puede,
Llega a casa y sucumbe ante la tentación,
Se los come, llora mientras embute
Cada dulce dentro de su boca.
Luego recuerda
Que no tenía amigos,
Y que su familia está trabajando,
Que a nadie le importa la empresa,
Que no importa si se come todos los dulces
O no come ninguno,
Que permanecerán ahí,
Hasta que él decida comérselos.

La dueña de hogar quiere que
Su nana se acueste con su esposo,
Quiere sacarle una sonrisa,
Quiere ver como arde el mundo.
La tele se prende.
“¡maldita lisiada!”
La hija ve a su madre en el sillón,
La ve lavándole el cerebro al televisor,
Llama “mami” a la nana.
La madre se enoja,
Le regala a la criada la crianza de su hija
Por un sueldo mínimo.

El constructor se sonroja
Por los piropos de la mujer
Tímida que lo mira trabajando.

El revolucionario no es más
Que un pacifista enojado.

Los abuelitos discuten sobre política,
Salen a trotar y se preocupan
De que sus hijos sobrevivan
Al invierno.
Guardan el dinero de sus jubilaciones
Bajo las camas más grandes que pueden existir.
Otros guardan sus placas bajo la almohada
Esperando a que el ratoncito de los dientes
Se equivoque y les deje cien mil pesos
Para poder pagarse las tumbas.

Y la ciudad se vuelve un país,
El país crea un mundo, y el mundo muere,
Y el mundo quiere reencarnar,
Pero todos quieren morir pronto,
Quizás por eso lo dañamos tanto,
Quizás por eso nos daña de vuelta,
Pero no importa, si hay algo del otro lado
Esperaré a decírtelo
Cuando te encuentre en la otra vida,
Cuando esté viejo
Y tú estés en tu lecho de muerte,
Para que tengas la oportunidad,
De ver el mundo
Como yo lo veo.

Texto agregado el 27-11-2015, y leído por 84 visitantes. (3 votos)


Lectores Opinan
14-09-2017 A la tardanza de este sol no le han dado ni una estrella, ¿Cómo es posible? pues, hay humanos que aún no ven el mundo como los ven tus ojos, ellos se lo pierden porque yo si lo he visto con estos mismo ojos, y me he abstraído en tu decir poético, intenso, crítico, existencial y con una fuerza increíble. GRACIAS. Julia_flora
 
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