Hace unos días, volví por trabajo, al pueblo donde viví por unos meses cuando tenía unos cinco años, es decir, hace casi treinta años atrás. Esta situación me hizo mirar hacia atrás y ver lo que he avanzado, visto, conocido y aprendido y se me ocurrió escribir un repaso de la vida que he vivido, sin más afán que compartir esas vivencias, más que escribir una buena historia.
Partamos por donde me acuerdo, si bien nací en 1981, en Quilpué, V región de Chile, mis recuerdos recién aparecen alrededor del ’85. Viviendo en una casa prefabricada en el patio de la casa de mis abuelos paternos fui testigo del terremoto que afectó a la zona central de Chile el año 1985. Aparte de eso, tengo recuerdos sueltos de cuando jugaba con mi hermano, un año mayor que yo, el miedo que le teníamos al perro de mi abuelo y el día en que llego el camión de la mudanza.
No recuerdo el año, 86 u 87 y nos fuimos a la IV Región de Chile, un pueblo cerca de la cordillera llamado Combarbalá. Tampoco recuerdo cuanto tiempo estuvimos pero si recuerdo que vivía frente a la plaza, donde la pileta tenía pececitos de colores. También recuerdo que cuando nos fuimos de Combarbalá, la señora que era dueña de la casa donde estábamos nos regaló a mi hermano y a mí una bolsa de dulces, y nos fuimos a Pisco Elqui, pueblo ubicado en el Valle de Elqui, también de la IV Región, ahí el lapso de tiempo fue más corto aun y nos fuimos a un pueblo más grande pero cercano, llamado Paihuano.
En Paihuano los recuerdos son más claros, ya que vivimos cerca de cuatro años, del 87 al 91, por lo tanto la mayor parte de mi niñez la viví ahí. Mis primeros juegos a la pelota, pero jugábamos hasta que se iba el sol, pues no había luz publica, y en la casa, solo teníamos una TV blanco y negro con un solo canal. Por otro lado, por fin iba a la escuela, siempre primeros lugares en calificaciones, pero eso me traía el problema de que tenía que representar al curso en cada celebración, recitar poemas, salir en actos, fiestas patrias, etc. Hasta que un día me hice el enfermo y hasta el día de hoy mi mamá cree que tuve un ataque de asma o algo así.
Lo que más me gustaba era la cercanía del rio, para ir los veranos a refrescarse.
En 1988 nació mi segundo hermano, ya éramos tres herederos.
Tías, abuelos, primos nos iban a visitar desde la V región a Paihuano, y con ellos conocimos Monte Grande, la tierra de Gabriela Mistral, la famosa poetiza chilena. Con mi papá viajábamos varias horas para ir a un supermercado a la capital de la región a comprar víveres.
Para los festejos de fin de año nos íbamos a Quilpué a celebrar con la familia de mi mamá, en ese tiempo aun creía en el viejo pascuero.
En 1991, nos fuimos de Paihuano con dirección a Coquimbo, ciudad puerto que quedaba al lado de la capital regional, y como me gustaba el futbol, por fin podría ir a un estadio, ya que la ciudad tenía equipo profesional. Entremedio, el 92’ nació mi último hermano.
Además, también pude jugar en equipos infantiles amateur para desarrollar mi gusto por el deporte. El 94’ termine la educación básica (primaria para algunos) y el 95’ a la educación media en un liceo comercial, fue la primera vez que no iba a la escuela sin mi hermano mayor ya que él estudió en un liceo industrial. A partir de ese año empecé a jugar en las divisiones inferiores de Coquimbo Unido, equipo de la ciudad, además de jugar por mi liceo con el cual el 96 salimos campeones comunales y subcampeones provinciales.
Gracias al futbol conocí nuevos amigos y nuevos lugares, fui capitán del equipo por 3 años, tiempo que hoy miro hacia atrás con orgullo.
El 98 terminó la educación media y no sabía qué hacer, di pruebas para la Armada de Chile y para la universidad, me fue bien en ambas pero entre mi confusión me fui a la armada, no dure mucho y volví a Coquimbo, me puse a trabajar y prepararme para, esta vez sí, entrar a la universidad, es así como el 2000 entre a estudiar Ingeniería Comercial en la misma ciudad de Coquimbo. De nuevo ligado al deporte, pude, por fin, salir campeón de futbol en la universidad, al año siguiente campeón en futbolito, y el 2002 campeón del torneo interno de Ingeniería Comercial, después era difícil competir contra los recién llegados.
Los veranos seguía trabajando para tener ingresos propios y hacerme de una red de contactos para cuando terminara la universidad.
En el ámbito amoroso, en 2001 tuve mi primera pareja estable, si bien en el liceo tuve un amorío, en la universidad fue más comprometido. Dure 3 años y al tiempo conocí a la que sería mi esposa (y con el tiempo ex esposa).
Ya terminando la universidad, con titulación y ceremonia incluida, llegó la hora de trabajar, así que seguí en la misma empresa donde había trabajado los veranos. El 2007 tuve mi primer contrato indefinido, el 2008 compré mi casa, el 2009 me casé y el 2012 me separé, además ese año falleció mi abuela materna, hecho que me provocó una gran pena, además de ser el encargado de contarle a mi mamá que su madre había fallecido, situación que también me afectó mucho. Lo de la separación no fue muy doloroso la verdad, a pesar del tiempo de estar con esa persona, el vivir con la sombra de la suegra sobre mi casa significó que la separación fuera un alivio, y hasta ahora vivo solo. Entre medio de estos años salí por primera vez al extranjero, cumpliendo uno de mis sueños.
En lo laboral estaba estable, pero me sentía poco recompensado, por lo que el 2014 empecé a mirar opciones, antes de eso, hice un viaje a México, con mi actual pareja, a conocer las pirámides Mayas, otro sueño cumplido. Luego, a finales del 2014 se abrió la opción de cambiar de trabajo, di pruebas técnicas, entrevistas, psicólogo y un curso de tres meses, finalmente, el 2015, me fue bien y cambie por un trabajo mejor. Mientras hacia todo eso, como buen futbolero, disfrute de la copa América jugada en mi país. Pude ir al estadio con mi papá, y a la final con mi hermano menor, siendo testigos de la historia, de ver por primera vez a la selección siendo campeón, aunque yo iba más por la talla de espectáculo deportivo de nivel internacional.
Seguramente me quedan muchas cosas en el tintero, y además con nuevos proyectos con mi pareja actual, como tener una casa nueva para los dos, pero así y todo lo que puedo concluir, es que si me muero hoy, me muero tranquilo, estoy contento con lo que he recibido y con lo que he hecho. |