Creo que me gusta el dolor
De otro modo, no estaría esperando bajo un árbol a que dejes caer tus besos
Aciagos, pusilánimes, eternos, cabizbajos
Suelo pensar en ti los días nublados
Donde espera la lluvia bajo el brazo
Donde comienza el día a volverse noche
Donde no hay nadie que iguale tus rasguños
Pienso, mejor, no pienso
Que tus enredaderas me acongojan
Que soy un remolino en tus cascadas
Que me matan tus ojos a diario
Y sin saberlo
He escrito mi epitafio con tu nombre
Bendigo tu maldita indiferencia
Maldigo tu bendita sed de odiarme
Puedes llamarlo amor, talvez venganza
Y se que no hay manera en que me amen tus ojos y no quiero
Prefiero tus heridas en mis manos
Tu boca desbocada y entre cielos
Y no tenerte nunca en esta orilla
Aunque se quiebre el pecho de equipajes devueltos
No me ames con amores de historieta
Que lo simple es un libro de mercado
Te quiero así, Perdiéndonos a diario
Humillandonos siempre en el abrazo efímero
Dejándonos de a poco y amarrandonos.