Ella se ve tan joven, tan linda, tan vital. La imagen en blanco y negro, es de una fiesta familiar. Hay niños correteando, se escucha un canto, luego un pastel y velas que se apagan, al final.


Ella acaricia el rostro de un hombre sin igual, en su mirada admiración y respeto, se aman, es claro, no se puede disfrazar.


Delicada retira un mechón de su cabello, sus ojos lo observan todo, está vestida de aurea angelical. La sonrisa es cascabel contagiante, no estridente, muy casual.


...al ver las imágenes sonrío. Dicen que era yo, pero yo no me recuerdo.




M.D




Dedicado a mi madre, sobreviviente de un infarto cerebral, el cual tampoco recuerda.

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* Texto preparado para reto a la creación. Solicitado por erre, en torno al tema de la memoria.