LA TELEVISIÓN EN SOCOTÁ
La televisión a Colombia fue traída por el general Gustavo Rojas Pinilla, e inaugurada el 13 de junio de 1954 durante su gobierno, cuyas trasmisiones se hacían en blanco y negro. En 1973, se hizo la primera transmisión en color, con un programa educativo de Cenpro televisión, aunque oficialmente se inauguró el 1 de diciembre de 1979. Con este nuevo avance se retrasmitió la inauguración y el primer partido del mundial de Alemania Federal en el año de 1974 con una nitidez impresionante.
En Socotá, para lograr ver algún programa, se necesitaba que el dueño del televisor, porque eran muy escasos, en todo el pueblo habían unos cinco, no más, se consiguiera una vara de unos cinco metros de largo, con un grosor especifico, que se pudiera meter en la ranura de la antena externa que traía el televisor y anclarla en algún lugar en el techo de la casa y para que cogiera más la señal, según decían, se le ponía a un lado, una tapa de una olla de aluminio. Cuando se hacía esta operación, no solamente estaban los de la casa, también estaban los amigos grandes y pequeños que querían ver de algún modo, cualquier programa de televisión o al menos las propagandas, que era lo más nítido que se veía.
Esta aventura se repetía cada rato, pues el viento movía la antena y la imagen se desvirtuaba y entonces solo se veía el llamado granizo, es decir, como cuando, ahora se va la señal y queda la pantalla con partículas blancas, que se asemejan al granizo.
Por los años del mundial de 1978, todos los aficionados del futbol querían ver los partidos, pero en ningún televisor de los que había en el pueblo, había imagen, solo ruido y la voz se iba y volvía inconsistentemente.
A veces cuando se sabía que había algún partido, se reunían los amigos en la sala de la casa frente al televisor, a ver imágenes que se perdían entre el granizo, no se sabía cuál era el jugador, ni cuál era la bola. Para medio mitigar, se prendía un radio y se escuchaban las jugadas y así se imaginaban los goles frente al televisor.
Los vendedores de J .Glosman, aunque no había señal clara de televisión, insistieron tanto, que en menos de 4 años, invadieron el pueblo con esos aparatos. Estos eran marca Motorola y tenían un mueble que ocupaba el ancho de la sala de las casas y así mismo se veía quien había comprado el electrodoméstico, porque encima de las casas estaba la famosa antena externa, tipo tradicional o espina de pescado y su respectiva tapa de olla, colocada paralelamente con el fin de que sirviera de señal atrapa ondas y las remitiera a la antena pata mejorar la señal, con su madero de 5 metros.
El pueblo se veía chistoso y cuando hacia viento, estas antenas se tambaleaban, pareciendo que se fueran a caer, por lo alto de su sostén. Así la gente se acostumbró a ver televisión, a ver granizo, y a medio escuchar las telenovelas, porque la señal era inconsistente y la imagen se desvirtuaba. Solamente se veían los canales públicos, el canal uno y el canal A. A veces se veía mejor, algunos programas de televisión Venezolana, en Radio Caracas Televisión.
Cuando había algún evento especial, para verlo se tenía que viajar a las poblaciones vecinas de Socha o Paz de Río, pero como todos no tenían la plata para el transporte, y a algunos aficionados no les quedaba tiempo para desplazarse a otras poblaciones, seguían intentando por todo el pueblo, a ver dónde se podía al menos adivinar la imagen y escuchar la voz por la radio.
Para la época del mundial de 1982, el padre José Diomedes Goyeneche, encabezo el grupo de aficionados a ver el futbol. Se consiguió como cien metros de cable de antena y un palo como de cinco metros y una buena antena, según decían los vendedores de electrodomésticos de JGlostman, y le decían a algún muchacho de los más grandes, que se subiera a la torre de la iglesia. Allí la anclaban y la amarraban a la cruz y lanzaban el cable de antena, para que se conectará al televisor que se tenía en la parte baja, en las escaleras a la entrada de la iglesia y todos con la expectativa, de que ahí si iba a coger la señal. Alrededor del televisor había como cien personas, entre hombres, mujeres, ancianos y niños, todos gomosos por el futbol, haciendo fuerza y esperando la buena noticia, de que ahí si se iba a poder ver el partido. Pero mentiras, se intentó de todos modos, se movió la antena por todos lados en la torre de la iglesia y nada.
Pero los aficionados no se dieron por vencidos, surgió la propuesta, de que se llevará el televisor, para la casa de doña Teresina Díaz, en el sector de los tanques, así fue, se experimentó y nada. Entonces el padre José Diomedes Goyeneche, consiguió una extensión como de mil metros de largo y se conectó a una toma eléctrica de la casa de doña Teresina y se subió el televisor al sitio de Rucú, acordémonos que en esa época no había energía eléctrica en el campo, aludiendo que allí si era alto, y la imagen entraría y ahí si se iba a poder ver los partidos. Con su comitiva se iba llevando el cable con una carreta, el televisor al hombro, el palo con la antena, y los papás con los niños, y al fin llegaron a la casa de don Joaquín Ojeda, en Rucú. Allí se hicieron las mismas maromas, que habían hecho abajo en el pueblo y nada, movieron la antena y nada y definitivamente dijeron, nos tocó oírlo por radio. Y así fue, no se pudo ver televisión, aunque era en blanco y negro.
Solo, hasta 1986, cuando por un convenio interadministrativo colocaron una antena repetidora, en el municipio vecino de Sativa sur. De ahí en adelante, se pudo ver televisión, como debía ser, sin interrupciones, los programas completos y las noticias al día. |