El Cabreo de Esaú
Cuando Esaú se enteró de la encerrona organizada por su madre y hermano, fue a pedir explicaciones a su padre, que le contestó aquello de ;Santa Rita, Santa Rita lo que se da no se quita, y a escupir a la calle”.
Dicho y hecho se fue a escupir la calle, pero era tal su enojo que solo atinaba a expulsar espumarajos, su madre que pasó por allí y lo vio,temiendo por la integridad de su hijo menor presagiando lo peor, (tenían antecedentes familiares) fue inmediatamente a advertir a Jacob, con estas palabras “Jacobete, Jacobete (en la intimidad le llamaba así) coge la mula y vete”.
Poniendo tierra de por medio (debió pensar, mejor en medio, que encima) Jacob huyò a casa de uno de sus tíos por parte de madre, pero antes de llegar se lió con una escalera, que pasó a la historia como la escalera de Jacob, (pero esta es otra historia).
El tío que era un lince para los negocios le hizo una oferta que no pudo rechazar, “Si trabajas para mi siete años “por la cara", te otorgaré como esposa a mi hija Rebeca” que a Jacob le había entrado por los ojos, (parece ser que la chica estaba de buen ver) y así se pactó, firmó y rubricó, pasaron los siete años de trabajos forzados y la noche en que debía formalizarse “el pago” dijo Lab (que así se llamaba el tío) a su sobrino “vete acostándote que ya te envió el "paquete” a tus aposentos, pero le dio gato por liebre, introdujo en la cama del susodicho a su otra hija, la fea, y pasó lo que tenía que pasar, en plena noche todos los gatos son pardos y….consumó, a la mañana siguiente, descubrió el engaño, hecho un energúmeno fue a pedir explicaciones a su tío,(como podéis observar, se pasaban la vida pidiendo explicaciones) el cual preguntó -“Consumiste?” , si, respondió un airado Jacob,´- pues si "consumiste" ....paga, que esto no es un bar.
Jacob estaba enamorado de Rebeca y no quería líos familiares, cargó con la fea y renovó contrato con su tío por otros siete años en las mismas condiciones (este tío era un tiburón de las finanzas) y finalmente recibió a su amada Rebeca.
Y así ocurrió, pero Rebeca era estéril y la fea no hacía otra cosa que parir a diestros y siniestros (algunos le salieron zurdos), total que tuvo doce hijos, entre unas y otras, varios con las esclavas de sus respectivas, y el resto con sus respectivas, finalmente tarde mal y arrastro, Rebeca se puso a parir (milagros de la naturaleza) y arrojó a este valle de lagrimas llamado mundo, a José y a Benjamín.
Esaú intentó cargarse a su hermano en varias ocasiones, enviándole sicarios que siempre eran descubiertos y ejecutados, cansado de gastar pasta inútilmente, hizo las paces con Jacob (que por aquel entonces ya había cambiado el nombre por el de Israel) y vivieron (lejos el uno del otro) felices para siempre.
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