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Discípulo
Abro los ojos y me sumerjo en el infinito gris del cielorraso. Se obnubila la imaginación y, aunque lo sé, lo siento como verdadero. Ocurre. Bajo ya vestido las escaleras y en un instante, asombrado por lo vertiginoso, me encuentro en un jardín rodeado de flores blancas, rojas y violáceas, también las hojas me muestran infinitos tonos de verde. Sin embargo, no hay felicidad en mi ánimo, presiento un adiós que me apena sinrazones.
Franqueo la puerta de calle y echó a andar perdido, no tengo destino, pero al darme cuenta regreso y me avituallo para lo que sea. Empaco ropa de verano e invierno en una mochila con manija y rueditas, elijo cómodas zapatillas de footing y fuertes borceguíes de abrigado cuero, algo de dinero y un poco de comida.
Ahora sí, emprendo ese camino al cual me empuja un designio ignoto. Clavada en mi cerebro encuentro la idea de arrepentirme, de purgar toda culpa o remordimiento. Caigo de hinojos y molesto a los peatones pidiéndoles perdón. Me ven como a un pobre loco y me evitan. Siguen de largo enojados con el funcionario que no ha cumplido su tarea y me deja libre por las calles dando este lastimoso espectáculo. Sin embargo, ninguno ha intentado prestarme ayuda y, mucho menos ser capaz de tirar la primera piedra.
Paso las noches en umbrales ajenos y los días se alargan en un extraño peregrinar. Los pantalones se han gastado y también la piel. Voy dejando un rastro de sangre como un mínimo testimonio de aquellas llagas que no merezco. Mi corazón ha desangrado así todo el odio y el rencor. Solo queda el amor, al que desparramo entre los que quieran escuchar.
Al principio, pocas palabras susurradas ante algún auxilio inesperado, luego preguntan los improductivos: los niños y los ancianos. Ellos conducen a los que sufren y estos oyen atentos mis consejos. Me traen ofrendas de la que acepto únicamente pan y agua.
Ha llegado la hora y, tambaleante, me incorporo. Mil manos me sostienen, mil corazones me acompañan y mil lágrimas curan mis rodillas. Alguien me ofrece una muleta que, en mi mano, se transforma en el cayado que sostendrá mi ministerio.
Lo hago sonar con fuerza a cada paso, para que anuncie mi llegada. Su nimio eco se hace estruendo en los oídos de los dueños del planeta. Han ido demasiado lejos y la hora del escarmiento llega. Es la lucha del espíritu y la naturaleza contra el engaño del dinero.
El Papa negro que, por primera vez también es el Papa blanco, Francisco, me precede en la contienda. Se le han unido los Patriarcas de levante, el rabinato y los obispos protestantes. También propalan su mensaje los muecines desde los minaretes al llamar a la oración en las mezquitas. Shiva, la destructora y Visnú, el preservador lo señalan con sus múltiples manos, mientras Brahma lo hace con sus múltiples rostros, desde todos los altares de la India. Buda despierta y los lamas enroscan las nuevas palabras en los molinillos de oración, los sintoístas hacen lo suyo y, en oriente, hasta los antepasados lo citan desde la historia.
No es rebelión, es un grito místico que, enronquecido, conmina a los políticos a terminar con esta locura que nos lleva a la extinción. El planeta sobrevivirá como otras veces; se multiplicarán las especies adaptadas al nuevo medio ambiente, pero miles desaparecerán junto con el hombre.
Esa angustia me sacude y despabila con su voz que pronostica el futuro. Alucinado, me calzo las pantuflas y me cubro con las sábanas en la poca luz del alba. Paso sin ver el espejo del baño. No noto la barba que me cubre el rostro ni el cabello desarreglado. En silencio, paso por la cocina sin apetito, busco y encuentro el escobillón que, como en mi imaginación, se convierte en báculo.
Todos duermen, abro la puerta y golpeo con él la vereda que, reverbera admonitoria en hondas que condenan. Camino hasta la esquina, pero la otra acera parece infinitamente lejana, un viento frío se cuela bajo el lienzo y enfría la furia de mi cuerpo. Los perros me ladran y el diariero, al pasar con su bicicleta, me grita: — ¿Dónde vas, loco?
Entonces algún resto de cordura me hace regresar corriendo. Con temor cierro la puerta del hospicio antes que alguien note mi falta y aproveche para dejarme afuera.
Carlos Caro
Paraná, 8 de diciembre de 2015
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Texto agregado el 16-11-2015, y leído por 363
visitantes. (17 votos)
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Lectores Opinan |
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07-05-2016 |
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La otra cara es la íntima, la del yo… débil e inteligente, por ello está impregnada de locura… Sabías que un loco es severamente sabio? Qué gran trabajo el tuyo es un lujo leerte… marcellasant |
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07-05-2016 |
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Tu “Discípulo” tiene dos caras enmarcadas en el “poder”, me explico; el báculo, las acciones cuando está de rodillas frente a un escenario específico y ese Papa negro y blanco, es el poder con fuerza “convencional”, es decir, una particular influencia de la religiosidad en una sociedad, en el afuera (Ojalá no me equivoque, porque a veces me extrapolo de no hacer conexos). marcellasant |
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07-05-2016 |
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Necesitaba un tiempo para dejarme seducir por tus códigos! Ya tienes comentarios que contribuyen a tu majestuosidad. Me sorprende de qué manera trabajas la narrativa Carlos. Se puede hacer ciencia con tu escrito. Veo que investigas, es decir, haces un válido trabajo y tiene tanta fuerza por la magnitud de su trascendencia… marcellasant |
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07-05-2016 |
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Una obra de literatura que se expande al ritmo del corazon de quien te lee. pasajes de dolor oscurecen de dudas la vida, la locura se ennoblece en tu palabra y cada frase pugna por decir todo cuanto sientes, me maravillo esta narrativa mística y llena e luz,,, un abrazo querido Carlos rolandofa |
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27-04-2016 |
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Una pieza literaria de altura. Respecto al contenido me toca tanto que duele. Un abrazo grande!!! MujerDiosa |
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25-04-2016 |
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Este mundo está lleno de dolor, la naturaleza nos remece y el altanero pisotea a su hermano. Sabes Carlitos? A mí me sorprende que en está tierra manchada, desde hace milenios por sangre inocente, a pesar de todo, aún veamos florecer los campos, escuchemos trinos y nos deslumbre la cascada. La poesía se empina a la belleza, pero no, para negar la opacidad de los niños vejados y hambrientos. Te mando un abrazo. girouette- |
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25-04-2016 |
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Creo que el fondo del tema es sobre la naturaleza humana -lo cual nos toca en lo sustancial por obvias razones-. Sobre el tema basta con dar una mirada a nuestro entorno: en el caso concreto de México, el baño de sangre de unos años a la fecha por la putrefacción de los políticos que abonaron el terreno para el crimen. Gatocteles |
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25-04-2016 |
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Para ver "Notas periodísticas y soluciones" ir a la bio de CarlosCarodos, Gracias. Carloscaro |
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25-04-2016 |
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Un texto escrito con la excelencia que te caracteriza. Todo lo vertido aquí, son las cosas que todos hemos sufridos de parte de los policías del mundo que todo lo dañan en su afán de adueñarse de las partes que nos corresponde. !Excelente texto! Saludos. NINI |
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25-04-2016 |
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1_Es verdad, el texto es reflexivo y poco se puede decir de la narración en términos literarios. Está muy bien, muy bien. El mensaje que manifiestas es un claro ejemplo de que las cosas se hacen mal y que pocos se hacen responsables, claro de por medio está el poder. TuNorte |
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25-04-2016 |
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2_Lamentablemente esto ha ocurrido siempre y seguirá ocurriendo hasta que la humanidad haga un cambio radical de conciencia. Solo nos queda poner el granito de arena y es probable que funcione aunque sea haciéndolo con el par (el que está mas cerca) y si podemos ir mas allá mucho mejor. Gran texto amigo Carlos. Un abrazo! TuNorte |
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25-04-2016 |
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Carlos lo leí. Hay una pintada en una pared en la carretera a Madrid que dice : "menos papa y más arroz". SALUDOS. grilo |
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25-04-2016 |
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Umm....yo tengo un hermano en paro. Casado, dos hijos, desahuciado, varón hispano en perfecto, estado....le pago las facturas...etc. Sorry no doy para más. Además mantengo tres bocas. No pienso sentirme culpable de lo que han hecho otros. El que pueda ser aún más solidario....pues adelante.Mis respetos. grilo |
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25-04-2016 |
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Formidable texto histórico con ribetes poéticos que ilustra, edifica y deleita. Es un privilegio leerte, Carlos. Rubalva |
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25-04-2016 |
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Amigo, mi opinión es muy concreta: cuando los USA y sus aliados entran a los países en nombre de la DEMOCRACIA, su objetivo es apoderarse de las grandes riquezas de los territorios INVADIDOS, que no “SALVADOS”. Lo demás es cuento de hadas inventado por USA y sus secuaces. Libia es sólo un ejemplo terrible de los muchos que hay. Un abrazo. SOFIAMA |
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25-04-2016 |
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Carlos me parece un texto magnifico, que no se pierde en vaguedades y aborda "la tragedia" con datos concretos desde el prisma del que lo padece en propia piel...y en cuanto al comentario de Grilo (al que respeto y admiro) solo me resta decir que la solidaridad es una "cosa" individual que va más allá de poderes facticos, yo si estoy dispuesta a acoger una familia...pero no me dejan (España es así). elisatab |
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25-04-2016 |
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ERES UN ERUDITO EN LS MATERIA. CONMUEVE ESA TERRIBLE REALIDAD.
COMO DOCE ZEPOL COMO QUISIERA ESCRIBIR COMO VOS yosoyasi |
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25-04-2016 |
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Recomiendo ver algo del libro "Fuera de control" de Daniel Estulin. grilo |
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25-04-2016 |
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Tu escrito como siempre es impecable. Peeero lo subiras como reflexión. Y me pregunto, cuántos refugiados estamos dispuestos a llevarnos a casa cada uno de nosotros???. Ahh...ya si eso...que lo arregle Europa.
Este tema es como tirar una piedra en un avispero. De niño lo comprobé, corrí y me picaron tres, dicen que estas mueren al picar por tal de defender su hogar...ummm se asemeja mucho, no crees???.***** grilo |
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25-04-2016 |
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Describes una terrible situación en la cual impera sin freno el poder y la ambición, que son los motores de las guerras, revoluciones y demás. La democracia y el pueblo libre son una falacia, y lo ha sido siempre. Solo tenemos que leer la historia. Triste hermano, pero así es. ¿Que hacer? No tengo respuesta, pongo mi granito de arena en mi comunidad y país en la esperanza que las cosas mejoren. Cinco aullidos ahogados yar |
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28-03-2016 |
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Otra cosa... Eres pertinente con incluir a Lucía, es un toque infantil aunque nostálgico, porque es aquello que no volverá y de recordar está devaluado la virtud de su valor. En definitiva, tu punto de partida para recrear la historia es perfecta. El final de una guerra triste terminada con una canción de sonrisas.Qué gran trabajo...Te elogio con impío Carlos! marcellasant |
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28-03-2016 |
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La trascendencia de la canción es abismal, es un patrón de dolor y de un recuerdo que tu personaje lo hace indeleble, pero se puede resultar cuán importante es la compañía o el cobijo del otro. Y mira que esta canción particularmente se canta en ronda que junto a la rima sugiere sonrisas compartidas. marcellasant |
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