No te acordés de mi ni de mi mala costumbre de no preguntar, callado. No te acordés de mi ni por querer enseñarte ni por dejarme enseñar, cansado. No te acordés de mi sea de los fallos o aciertos esa manía que tengo al fracaso. No te acordés de mi, de los besos de arena ni porque te pienso, lejano.
Texto agregado el 16-11-2015, y leído por 114 visitantes. (2 votos)