Abuela dixit
Me gusta visitarlos a la mañana temprano. Abuelo está en la cocina preparandole el té. No llenó la pava con agua porque hará una sola taza. De todos modos pondrá un poco de m+as, por las dudas. Disparará el magiclick sobre la hornalla y acomodará la pava sobre el fuego. En la heladera buscará un limón abierto. Tal vez, tenga que usar uno entero que ablandará con suavidad sobre la mesada blanca. Lo cortará sobre un platito para que sus lágrimas ácidas no arruinen el mármol. Tratará de no salpicar cuando apriete una mitad dentro de la taza . Hundirá en el jugo inmóvil dos cucharaditas bien llenas de azúcar. Acomodará en la taza uno de los sobres idénticos y lo bañará con agua hirviendo para que explote el color de sus entrañas. Llevará el té hasta la cama de ella, apenas despierta, con la esperanza de encender su espíritu. Abuela, se acomodará entre las almohadas, mirará la taza y pedirá más azúcar antes de probarlo. Entro y después del "soy yo", voy hacia el dormitorio. Hay un lugarcito mio al lado de mi abuela en su cama. "Abuelo fue a buscar más azúcar porque necesito endulzamre", me dice. Abuela no es filosa como cree nuestra familia. Si la conocieran, me digo. En un segundo su voz pulveriza mi pensamiento. "Cuando te hacés vieja, tenés que pelear con la muerte toda la noche y la boca se te amarga", aclara.