¿Porqué ahora? se preguntarán algunos, para lo cual nos queda citar las Cuatro estaciones;
El otoño es muerte, mata lo que cíclicamente debía morir. El invierno seca los restos de la podredumbre y a su vez fertiliza para que el nuevo ábril se plante. Llega la primavera, dichosa y atrevida descubridora de pimpollos y luego el Verano donde el fruto caerá cuando deba caer. Todo ello va modificando el sendero, se repite cíclicamente pero nunca es el mismo. La fórmula: "El Espiral".-
Al terminar su discurso, varios habían quedado atónitos..
“Mientras tanto, en la superficie mundana, terreno de las élites gubernamentales seguían confiando en la superioridad de su aprendizaje, seguían creyéndose los Dioses que deberían guiar, por disciplina, castigo y sometimiento a los seres subterráneos, para que así ellos, algún día en la historia de la vida, puedan evolucionar y llegar a tener su propio mundo”. Esa era su creencia, la supremacía en su pensar, sus aptitudes, la división racial entre los colores, olores y formas estancaban permanentemente su evolución, de generación en generación por el incesto obligatorio entre doctos.
Tanto tiempo gobernaron bajo esa regla que más no pudieron crecer, ya que sus genes no encontraban atración a lo desconocido y su hábitat no generaba cambios para que así pudieran regenerarse con la intencionalidad de una nueva adaptación. Eso mismo no podría dejarlos ascender, era como que se hubieran construido un edificio entre generaciones y generaciones y hubieran llegado a la terrada, como que hubieran finiquitado la obra y no supieran bajar sin paracaídas. Ergo, nosotros, los “Desahuciados eternamente”, los excluidos por la incompatibilidad de su genética o el egoísmo al libre albedrío, los que en sí, degenerarían a su raza con solo observarnos, nos enorgullecía mantenernos bajo sus cimientos, ya que como bien degenerados, cuando ellos nos necesitaran violaríamos inmoralmente toda su construcción. Pues al pasar nuestras generaciones nos iríamos mezclando y así, educandonos, amandonos, amamantandonos y divirtiendonos llegaríamos, inconcientemente a “El Espiral”.-