Un largo tiempo ha pasado y en un lobo viejo me he convertido. He perdido mi fuerte andar y hasta mi forma aullar. Te he perdido a ti.

Caminó sobre estas cansadas patas, acompañado únicamente de la soledad. Hasta la sombra me abandonó. Una triste historia es lo que es.

Yo... Yo no sé hacia dónde huir, no puedo pensar en algún lugar en donde esconderme de aquella sombra de tu recuerdo, que siempre me sigue y me atormenta. Un temeroso lobo es en lo que me he convertido.

Las cuatro patas ya están cansadas, mis músculos han adelgazado y mi mente ha dejado de tener la fortaleza que algún día tuvo. No me atrevo a enfrentar la verdad sobre ti.

Como un cordero cobarde me siento. No puedo aferrarme al miedo por siempre. No puedo huir de ti el poco tiempo que me queda. Sin embargo, no te puedo enfrentar.

Te extraño, por eso lo siento. Te añoré, te soñé, te tuve y te perdí. Un torpe soy. Lo acepto. Aúllo a tu corazón y te suplico perdón. Perdón, vida, por desperdiciar el tiempo que me acompañaste.

Es hora de partir en un viaje largo. El cuerpo ya no me responde ni escucha. El corazón ha dejado de latir. Pues, únicamente latía por ti. Este es el fin. Adiós, es hora de seguir el camino que me ha preparado el destino sin ti a mi lado. Te soñare y te aullaré por última vez, mi dulce e inalcanzable luna. Escúchame atentamente esta noche, vida mía.