Inicio / Cuenteros Locales / larsencito / Escribir sin palabras
Antes de partir al frente su madre le da un atillo de sobres en los que un viejo fraile, amigo de la familia, ha escrito la dirección. Le hace prometer que, pase lo que pase, enviará una carta cada semana. Madre e hijo son analfabetos. En las tricheras, el joven soldado no tarda en hacer migas con el hijo de un maestro y, con su ayuda, empieza a mandar las cartas. Cada martes el fraile se coloca cerca de la chimenea y lee con gran ceremonia a una madre agradecida y suspirante. El fraile nunca lee la carta una sola vez. Pero una mañana helada una granada amiga parte en dos al hijo del maestro. Aunque destrozado por la muerte de su amigo, nuestro soldado no se resigna a incumplir la palabra dada y decide enviar la carta en blanco. Es martes. El fraile está en su chimenea. Desconcertado examina de arriba abajo el papel buscando una palabra que no hay. No se le ocurre nada con lo que consolar a la madre y guarda un largo silencio. La madre mira al fraile con la misma atención de otras veces. Al rato se levanta como siempre y le dice al fraile que no se preocupe, que su hijo nunca fue de mucha cháchara, pero que lo importante es que está bien. La madre suplica al fraile que le lea la carta de nuevo. |
Texto agregado el 09-11-2015, y leído por 199
visitantes. (3 votos)
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Lectores Opinan |
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09-11-2015 |
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Esta historia no está muy lejos de la realidad de otros tiempos, triste. alberramira |
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09-11-2015 |
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Un emoticono un poco grande paro cumplió su propósito. Me ha gustado elisatab |
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