| Te ha pasado alguna vez que miras a otra persona de tu misma edad y piensas: "seguramente yo no puedo parecer tan viejoBueno, lee esta historia:
 
 Mi nombre es Ivonne Troncoso y estaba sentada en la sala de espera  del dentista para mi primera consulta con él.
 En la pared estaba colgado su diploma, con su nombre completo. De repente, recordé a un muchacho alto, buen mozo, pelo negro, que tenía el mismo nombre, y que estaba en mi clase  en la Preparatoria del Estado, como 30 años atrás o más. ¿Podría ser el mismo chico por el cual yo estaba secretamente enamorada? Pero, después de verlo en el consultorio, rápidamente deseché esos pensamientos. Era un hombre pelón y el poco pelo que le quedaba eran puras canas, su cara estaba llena de arrugas, y lucía muy viejo  como  para haber sido mi compañero de clase.
 Después que examinó mis dientes, le pregunté si él había asistido a la Preparatoria del Estado.
  ¡Sí, Sí! sonrió con orgullo.
 Le pregunté:
 ¿Cuándo te graduaste?
 Me contestó,
  En 1974. ¿Por qué me lo pregunta?
 Y yo le dije:
 ¡Tú estabas en mi clase!
 El me miró detenidamente:
 Y ENTONCES ESE FEO, CALVO, ARRUGADO, GORDO, BARRIGON, CANOSO, DECRÉPITO, INFELIZ, HIJO DE SU PINCHE MADRE ME PREGUNTÓ:
 ¿QUÉ MATERIA DABA USTED PROFESORA?
 
 
 
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